Las carátulas de videojuegos actuales son ejemplos del cambio que hay en este sector de entretenimiento por abandonar las técnicas sexistas como la hipersexualización cuando se muestra a la mujer.
Los tiempos han cambiado. Atrás han quedado los tiempos en los que la princesa Peach, desvalida y necesitada de Mario para ser rescatada o Chun-Li, cuyo atuendo a la hora de realizar patadas dejaba poco para la imaginación, eran las máximas representantes de la figura femenina en los videojuegos. Ahora los referentes son otros, al igual que los hábitos de consumo y el perfil del usuario de videojuegos, estando el número de gamers mujeres muy cerca de su homólogo masculino en España.
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