Parece que vuelven las revistas de comics. Tras la presentación de Strange Tales por Marvel y de Vertigo Magazine por DC, la editorial Dark Horse ha recurrido también a su propio filón. A imagen de lo que hiciera La Casa de las Ideas durante los años setenta del pasado siglo, Dark Horse ha tomado una mina que parecía agotada y ha vuelto a extraer combustible de calidad de ella. Estamos hablando de las obras y personajes salidos de la máquina de escribir del escritor texano Robert E. Howard, creador de Conan, Kull y Solomon Kane entre otros. Hasta la fecha la editorial americana había estado por una parte reeditando los comics clásicos de estos personajes, tanto las series en blanco y negro como las a todo color, que publicase Marvel hace cuarenta años, y por otra parte creando otras aventuras nuevas volviendo a reimaginar el universo howardiano con vocación de absoluta fidelidad, más o menos conseguida, a su autor.
Dark Horse ha dado un paso más y ha recuperado su propia versión de The Savage Sword. Con el subtítulo de “of Conan the Barbarian“, The Savage Sword fue una revista emblemática de aquellos años en los que Marvel lanzó una serie de publicaciones destinadas a un público lector más adulto. Magazines en blanco y negro, de mayor formato, y con dosis más generosas de sexo y violencia, que evitaban el temido Comics Code. Los más recordados son The Planet of the Apes, Unknown Worlds of Science Fiction, Monsters Unleashed, y Savage Tales, entre otros. De todos ellos, el más popular con diferencia, y el que llevó una vida más longeva, fue The Savage Sword of Conan, una revista de Espada y Brujería publicada en nuestro país con mayor fidelidad por la difunta editorial Vértice, y más tarde, con mejor reproducción, por Planeta De Agostini.
La publicación se centraba, como su propia cabecera indicaba, en el personaje de Conan el Bárbaro, pero también se utilizó para presentar a los lectores a otros caracteres cortados por un patrón similar y que entroncaban con el imaginario que había parido Howard. No sólo el puritano Solomon Kane y el rey Kull desfilaron por sus páginas, sino que también se dio cabida al refrito llamado Red Sonja y a otros menos conocidos como Bran Mak Morn. Asímismo se incluyeron pequeñas aventuras de otros personajes, diferentes pin-ups, artículos y ensayos varios. Un festín para el aficionado a la Fantasía Heroica. Ahora Dark Horse ha decidido seguir una vez más los pasos de Marvel y ha puesto en circulación una versión remozada de The Savage Sword, con el añadido de “Robert E. Howard’s” al título para que quede de manifiesto de qué va la cosa. Una puesta al día a todo color de lo que significó la revista hace cuatro décadas. Con el número 1 ya en la calle, Robert E. Howard’s Savage Sword se ve todavía en un estadío tentativo. La nueva revista vuelve a presentar una aventura de Conan como plato estrella y echa mano de otros personajes de Howard menos conocidos, pero más interesantes para los conocedores, para conformar un magazine destinado a los fieles seguidores del escritor y de sus creaciones. Desde la portada se hace un guiño al estilo de las clásicas de los años setenta, pero el logotipo diseñado por Dark Horse para la publicación es francamente inapropiado. Lo que hay en el interior también deja traslucir una calidad variable. Ninguna de las nuevas historias adapta un relato original de Howard y, peor aún, la aventura deConan, supuestamente el gancho de la colección, es la primera parte de una historieta más extensa que se ve lastrada por un guión demasiado tópico y un dibujo excesivamente discreto.
Más interesante, sobre todo para el público más entendido, es la historia completa de ocho páginas de John Silent, un personaje menor de Howard contemporáneo de Solomon Kane. Su parte recupera el sabor de los viejos comics del torvo puritano que servían de complemento en The Savage Sword original, con un guión y un dibujo muy competentes ambos. De igual manera, la cuota de Dark Agnes, una espadachina del siglo XVI al estilo de la Red Sonja descrita por Howard (no la que confeccionó de retales Roy Thomas), resulta bastante satisfactoria, pero sabe a poco al ser sólo un primer capítulo de algo que apenas llega a plantearse y que será desarrollado en números futuros. El guiño final al lector veterano es un artículo introductorio al estilo de los ensayos setenteros, sobre El Borak, otro personaje muy estimado por los aficionados howardianos.
Lo mejor de la revista, y esto puede convertirse en una rémora a largo plazo, es una reedición de un clásico de principios de los años setenta. Dark Horse es consciente del tirón de estos rescates y por eso le ha dedicado la mitad del espacio de su publicación. Se trata nada menos que de la adaptación completa de Gusanos de la Tierra, la epopeya del rey picto Bran Mak Morn enfrentado a los romanos, que corrió a cargo de Roy Thomas, Barry Smith y Tim Conrad. El comic, como todo lo que se vio en The Savage Sword, era originalmente en blanco y negro. Para la ocasión se ha vuelto a colorear, pues ya se le dio color una vez previamente en la edición que hizo Cross Plains. No se puede decir que el resultado sea malo, ni que esté hecho con mal gusto, pero aún así supone una pequeña decepción no ver el majestuoso trabajo de grises que elaboraron los artistas en su momento y que tan bien encajaba con el espíritu de la obra.
Es cuestionable si con un trabajo con tantos altibajos se va a conseguir ampliar mercado. Robert E. Howard’s Savage Sword tiene los suficientes gestos destinados al lector veterano como para alimentar su interés sin descuidar la nostalgia, pero tal vez este mismo público hubiera deseado algo más respetuoso. Para el público joven, la aventura de Conan, para ser un número inaugural, resulta poco espectacular y queda como lo peor del lote. Y las nuevas historias, aunque resulten atractivas, está por ver que lleguen a interesar a los neófitos. Para el próximo número ya están anunciados un comic de El Borak que seguramente los conocedores agradecerán, y una reimpresión de la adaptación del clásico El Valle del Gusano a cargo de Gil Kane. La nueva Savage Sword tiene defectos que pulir, pero por lo pronto obtiene un voto de confianza.
Fran G. Lara