La mejora de las condiciones ambientales ha permitido la expansión de la nutria (Lutra lutra) en Andalucía en los últimos 20 años.
Sin embargo, la recuperación de las poblaciones de este mamífero ha sido “relativamente” lenta, y en algunas zonas, los impactos de las actividades humanas impiden todavía la presencia de la especie.
El alto grado de humanización del paisaje sigue siendo un fuerte limitante para la expansión de la nutria, hasta el punto de evitar que la especie recupere completamente su distribución original.
La investigación, que se ha publicado en Journal of Biogeography, demuestra que la nutria (Lutra lutra) es “rara” en las zonas más humanizadas, y tiende a estar presente de forma permanente en los cursos fluviales “menos impactados.
La nutria prefiere ocupar ríos de zonas bajas, donde el alimento es más abundante, pero son precisamente los más afectados por las actividades humanas.
La presencia de la especie en los ríos andaluces ha aumentado cerca de un 70%, y su expansión es “un proceso generalizado” en la mayor parte de la Península Ibérica.