La obsesión del papa con el colectivo homosexual

Publicado el 08 noviembre 2010 por Javiermadrazo

Convocatoria besada colectiva

Fiel a su visión reaccionaria y retrógrada de la libertad,  la  convivencia y los derechos civiles de las personas homosexuales, Benedicto XVI arremetió ayer contra el matrimonio entre dos hombres o dos mujeres,  asegurando que  la Iglesia solo “apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar“.

A buen entendedor pocas palabras bastan. Si el Papa condenó el pasado sábado el laicismo, olvidando que España en un estado aconfesional, ayer sus críticas se centraron en el colectivo homosexual, que le recibió en la Ciudad condal con una besada colectiva, que con toda seguridad irritó y ofendió a su Santidad (¿?). 

El Vaticano deberá explicar, algún día, la obsesión de Benedicto XVI con las personas gays, lesbianas, transexuales y bisexuales, que contrasta con la permisividad de la que hace gala cuando se trata de abusos a menores, que la jerarquía eclesiástica históricamente ha silenciado. Posiblemente, son esta hipocresía y doble moral las que explican que ni en Santiago, ni en Barcelona el Pontifice haya logrado cubrir sus propias expectativas y el aforo que Rouco Varela pronosticaba para los actos convocados haya sido mucho menor de lo anunciado.  

Tal vez, Benedicto XVI deba replantearse su próxima visita a España, prevista para agosto de 2011, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. En esta ocasión, al menos, no ha sabido hacer amigos.   Al contrario, ha sumado más desafectos de los que ya tenía por su falta de tacto, humanidad y humildad.  Su paso por Galicia y Catalunya ha dejado un mal sabor de boca, que ahora las comunidades de base intentarán reparar con su trabajo, su entrega y su dedicación en pro de la igualdad, la  justicia y la equidad social. Ella si son la Iglesia de Jesús. El Vaticano, en cambio, es la Iglesia del poder.  Ha quedado demostrado.