La oportunidad calva y la venganza del chinito

Por Francisco Enrique Perez Ruiz-Poveda @PATXIPE


Es curioso. Pareciera que hablar de “déjà vu” estuviera ligado a los sueños y los recuerdos. Sin embargo, últimamente levantarse, y entrar en  la vida en directo es comprobar un mundo de un continuo déjà vu en el que formar un nuevo gobierno, la crisis, la corrupción y el mirarse al propio ombligo sean la moneda de cambio.

Con respecto a formar un nuevo gobierno, llámenme iluso, pero todavía no pierdo la esperanza, hasta el segundo cero, de que el PSOE y PODEMOS, con sus confluencias e incluso el PNV, puedan llegar a un acuerdo. Lo demás, es perder una gran oportunidad, y entregar la llave para hacer lo mismo de siempre, y eso, entre otras cosas, nos ha traído a este momento.
¿La esperanza de este vecino? En ese pequeño detalle de “excusatio non petita, accusatio manifesta” a que olía la comparecencia de Antonio Hernando, portavoz socialista, diciendo eso de que es una pena que los de Podemos hayan dado un portazo a las negociaciones entre tres, porque ellos estaban de acuerdo en un 70 por ciento de sus propuestas.


Quizás el comportamiento del PSOE me recuerda a ese niño que cuando está con su madre, en este caso con CIUDADANOS, se comporta de una manera, y con sus conocidos de otra.

Siempre se ha dicho que la oportunidad la pintan calva, y si el PSOE no se baja de ese caballo lleno de orgullo no va a volver a presidir un gobierno durante mucho tiempo, y con ellos un gobierno formado por “izquierdas”.
Con respecto a lo que más se habla últimamente, “Panamá y sus papeles” como si de un nuevo grupo latino se tratara, “la cosa” huele tan mal, que parece que si no has tenido nada en Panamá o en cualquier otro paraíso fiscal, no eres nada de nada.
Es de admirar, por decir algo, el aplomo de alguno al torear la verdad, y que mirando al tendido diga eso, en parte tan absurdo, de “sí, lo hemos tenido, pero no lo hemos usado”, como aquel que teniendo una pistola, al final no la utiliza.
En momentos así, me acuerdo del célebre chiste de “la venganza del chinito”, al  que le hacían mil putadas y seguía riéndose, porque al final se descubre que él les meaba en la sopa.
Pues eso. Personalmente este vecino ya ha decidido hace tiempo, que va a practicar la venganza del chinito. Puede parecer una respuesta muy suave, pero a la larga es contundente: Persona cuya conducta este vecino estime que deja mucho que desear, persona que de mí no va a recaudar un solo euro, bien dejando de ver sus películas, sus programas, o lo que sea que hiciere.

Llorar he llorado, hemos llorado, mucho. Ahora solo nos queda reír, y para eso, es mejor reír los últimos. *FOTO: DE LA RED