Opositores venezolanos bloquean este lunes calles en distintas ciudades del país para promover lo que llaman su ofensiva final contra el presidente, Nicolás Maduro: un plebiscito que realizarán el domingo contra la Asamblea Constituyente convocada por el mandatario.
Con cuerdas, vehículos y barricadas de árboles y basura, grupos de opositores participan en el “gran trancazo” de diez horas, para aumentar la presión contra el Gobierno e impulsar la consulta.
“Este pueblo está decidido a continuar la lucha por la libertad. El domingo será el acto de desobediencia civil más importante de la historia de Venezuela”, declaró Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento, de mayoría opositora, en un bloqueo en el este de Caracas.
Al margen del poder electoral, al que acusa de servir al Gobierno, la oposición realizará un plebiscito simbólico confiada en mostrar un rechazo masivo a la Constituyente convocada por Maduro, según denuncia para perpetuarse en el poder.
Animados con la excarcelación el sábado de su líder Leopoldo López, ahora bajo arresto domiciliario luego de tres años y cinco meses preso, los opositores dicen que seguirán en la calle contra la Constituyente, por la liberación plena de 431 “presos políticos” que dicen hay en Venezuela y por la salida de Maduro.
“Lo de Leopoldo es un paso, tenemos que seguir por todos los presos y hasta que haya elecciones generales. Este Gobierno nos quiere matar de hambre. El domingo verá que no tiene gente. Aquí no hay miedo”, dijo a AFP Miguel Vielma, universitario de 18 años.
En medio de una severa crisis económica, política e institucional, Venezuela vive desde hace 101 días una ola de protestas que deja 92 muertos.
“Ni uno más, basta de muertes”, se lee sobre el asfalto en la avenida Francisco de Miranda, en el este de Caracas, donde Yoleima Zambrano, ingeniera electricista de 50 años, se apostó con una bandera nacional.
Pero el Gobierno afirma que nada ni nadie detendrá la Constituyente, cuyos 545 asambleístas serán elegidos el 30 de julio. En todos los estados del país, miles de oficialistas, vestidos de rojo, participan este lunes en mitines de campaña.
“No queremos más guerra, no queremos una Siria (…) podemos estar molestos con la revolución por ciertas cosas que no están funcionando, pero todo el pueblo chavista tiene que votar”, dijo Steven Márquez en uno de esos actos.
En otra concentración, la esposa de Maduro, Cilia Flores, candidata a asambleísta al igual que el hijo del presidente, criticó a “los locos” que “se empeñan en cerrar las calles y hablan de democracia”.
“Quienes no quieren la paz son los locos, los irracionales, los fascistas, un grupito muy pequeño, pero que hace mucho daño. La Constituyente traerá paz”, dijo la primera dama.
Maduro asegura que con la Constituyente, un suprapoder que regirá al país por tiempo indeterminado, vendrá la estabilidad política y económica.
Según la encuestadora Datanálisis, cerca de un 70% de los venezolanos está en desacuerdo con la Constituyente y un 80% rechaza la gestión del presidente socialista.
La oposición asegura que los resultados del plebiscito, para el cual se instalarán 1.700 centros de votación, marcarán la “hora cero” de manifestaciones simultáneas y masivas en todo el país, sin descartar una huelga general.
“Voy a seguir en la calle. Ahora que estamos más cerca no podemos parar. Espero que el domingo el país entero no tenga miedo y se mueva contra esa Constituyente con la que Maduro quiere el poder absoluto. Venezuela será una Cuba”, declaró a la AFP Zambrano.
Chavistas críticos del Gobierno, incluidos varios exministros del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013), expresaron el domingo su rechazo a la Constituyente y consideraron “legítima” la consulta opositora.
La fiscal general, Luisa Ortega, la figura más fuerte del chavismo que rechaza la Constituyente, asegura que esa iniciativa destruirá el legado de Chávez y violenta la democracia porque no se preguntó en referendo a los venezolanos si querían cambiar su Carta Magna.
A más tardar el martes, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) -acusado de seguir órdenes del Gobierno- decidirá si enjuicia a Ortega, bajo cargos de “mentir” en señalamientos contra los magistrados.
Una destitución de la fiscal -tildada de “traidora” por Maduro- desataría otra lluvia de críticas contra el Gobierno, tras la tormenta de la semana pasada por la irrupción violenta de un grupo chavista en el Parlamento.
Analistas creen que buscando bajar la tensión de cara a la elección de los asambleístas fue excarcelado López, quien sin embargo desde su casa llamó a las calles y a participar en el plebiscito.
Con información de AFP.
¿Qué Opinas?