La otra mecanógrafa - Suzanne Rindell

Publicado el 24 junio 2013 por Rusta @RustaDevoradora

Edición: Lumen, 2013 Páginas: 384 ISBN: 9788426421319 Precio: 21,90 € (e-book: 13,99 €) Llegué a este libro atraída por la imagen de esa mujer de aspecto discreto que parece ocultar un secreto tras una mirada perspicaz e indescifrable (bueno, por eso y por las palabras de Bookworm, que me puso la miel en los labios). Siempre me han gustado las historias ambientadas en el pasado que tienen protagonista femenina y están narradas de una forma amena; disfruto con la recreación de la época y, cuando son buenas, me entretienen bastante. La otra mecanógrafa es la primera novela de Suzanne Rindell, una autora neoyorkina que actualmente está realizando un doctorado sobre literatura en la Universidad de Rice. No obstante, pese a tratarse de un debut puedo aseguraros que no tiene nada que envidiar a los escritores veteranos que se dedican a este mismo género. La obra nos traslada a la ciudad de Nueva York en los años veinte. Nos habla Rose Baker, una chica de origen humilde que trabaja como mecanógrafa en una comisaría. Rose es prudente, recatada, aplicada y observadora; los atributos perfectos para poner por escrito las declaraciones de los detenidos, que se han multiplicado por la proliferación de bares clandestinos después de poner en práctica la Ley Seca. Sin embargo, la llegada de Odalie, la otra mecanógrafa, marca un antes y un después en su anodina vida: Odalie viste a la moda, se muestra alegre y atrevida, se mueve en ambientes de lujo y nadie comprende qué hace una joven como ella detrás de una máquina de escribir. Las dos mujeres no pueden ser más diferentes, pero cuidado: a veces las apariencias engañan. Probablemente lo más destacable de la obra es la caracterización de las dos protagonistas, ese contraste entre ambas que va más allá de los clichés aparentes; y los juegos de la narración de Rose, llena de observaciones que aunque de entrada parezcan irrelevantes en realidad están cargadas de significado. Cuando leemos una novela escrita en primera persona tenemos la costumbre de equiparar la voz personal del narrador a la visión global de los sucesos, pero no olvidemos que se trata de una perspectiva subjetiva que también puede optar por jugar a sembrar la duda en el lector, como ocurre, por ejemplo, en La verdad de la señorita Harriet. Conocer a Rose (y a Odalie) implica saber leer entre líneas, desentrañar qué hay de verdad en sus recuerdos y qué información le interesa ocultar. La historia deriva en una trama de intriga de la que solo diré que el hecho de que las chicas trabajen como mecanógrafas en una comisaría no es ninguna casualidad. En segundo lugar, la recreación de Nueva York en los años veinte está bastante lograda, tanto en lo referente a los bajos fondos como a los ambientes de fiesta y ostentación en los que se mueve Odalie. Me parece un contexto atractivo, sobre todo ahora que vuelve a estar de moda gracias a la adaptación de El gran Gatsby, y sin duda en la literatura está menos trillado que la época victoriana o los periodos de guerras mundiales. Por lo demás, Suzanne Rindell escribe con una prosa elegante y depurada, sabe dosificar la información que va desvelando para mantener el interés del lector en todo momento y la novela atrapa de principio a fin. La narración está muy trabajada, carece de datos superfluos y va al grano al hablar de los temas que interesan (geniales las observaciones sobre el trabajo de las mecanógrafas). En definitiva, no le sobra ni le falta nada.

Suzanne Rindell.

En resumen, en La otra mecanógrafa encontraréis un buen suspense psicológico, dos protagonistas femeninas interesantes y una ambientación atractiva, tres ingredientes idóneos para pasar un rato entretenido que obliga a plantearse continuamente qué hay de cierto en la historia que nos cuenta Rose. Cuando empecé el libro buscaba lectura evasiva que me ayudara a desconectar del estrés diario, y puedo decir que ha cumplido mis expectativas, así que lo recomiendo a todos los que queráis leer una novela que os absorba y os haga disfrutar desde la primera hasta la última página.
Nota: la fotografía de la mecanógrafa pertenece a este archivo.