La paradoja de Antares presenta una situación imposible que protagoniza un solo personaje, una mujer que pertenece a un pequeño grupo de científicos dedicados a la búsqueda de indicios de vida extraterrestre en el espacio. Alexandra, después de años de monotonía en una labor de resultados inciertos cuanto menos, va a pasar la noche más larga de su vida cuando detecte una señal que se va haciendo más y más prometedora, mientras a su alrededor se acumulan una serie de graves problemas familiares y meteorológicos que van a obligar a que tome una serie de decisiones imposibles desde el punto de vista moral y profesional. Lo mejor de la película del debutante Tinoco es su capacidad para mantener en todo momento el interés de un espectador que se identifica en todo momento con lo que le sucede a la protagonista, con el mérito añadido de que todo transcurre en una sola habitación. Además, la película es capaz de ser didáctica acerca del método científico incluyendo esta premisa en el guion de manera muy solvente.