En pleno siglo XXI todavía persisten las expresiones "cosas de hombres" y "cosas de mujeres" o "juguetes de niños" y "juguetes de niñas" o incluso "fútbol para chicos" y "ballet para chicas". A pesar de los avances en igualdad que se han realizado en las últimas décadas parece que las mujeres y los hombres siguen teniendo intereses distintos, al menos en el ámbito laboral. El género masculino continúa apostando por trabajos en los que predomina la fuerza bruta o la ciencia, mientras que las mujeres se decantan por trabajos en los que el contacto con la gente es constante. Pero, ¿de dónde surgen estas diferencias? ¿Son los factores biológicos la clave para entenderlas? O, por el contrario, ¿son los aspectos sociales los que establecen los intereses según el género?
En Noruega el presentador Harald Eia se propuso analizar la situación. El país nórdico fue declarado en...
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