Históricamente, a las grandes selecciones les va bien jugar el Mundial en su continente. Tanto es así que ningún combinado europeo ha logrado ganar la Copa del Mudo fuera del Viejo Continente. Y, de los sudamericanos, sólo Brasil ha logrado romper esta regla no escrita de los Mundiales. ¿Qué pasará en esta edición, el primer Mundial africano de la historia?
Hasta la fecha, ninguna selección europea ha ganado el título fuera de su continente, un enigma para el que caben varias explicaciones. La primera, y quizá fundamental, es que el futbolista europeo es menos versátil que el sudamericano. Los grandes clubes (los clubes ricos) están en Europa, y desde los años 50, no han escatimado recursos a la hora de importar talentos de
Brasil, sobre todo,
Argentina,
Uruguay… Curiosamente, el mayor crack del
Nuevo Mundo hizo toda su carrera en casa:
Pelé no se movió del
Santos salvo para ir a redondear su cuenta corriente con los dólares del
New York Cosmos.
Así, los futbolistas europeos están menos acostumbrados a moverse fuera de su hábitat. Más acomodados. Mientras, los sudamericanos, además que jugar con sus clubes, lo hacen con sus selecciones cambiando de estación varias veces al año o, por ejemplo, en la criminal altitud en la que se juega buena parte de la clasificación mundialista de Sudamérica. Se trata de hacer de la necesidad virtud, ya que hay jugadores brasileños (muchos, además) en Rusia y muchos de los fríos países del Este. Nada extraño teniendo en cuenta que la exportación de futbolistas es una de las principales industrias en la economía brasileña.
Ciertamente, a los combinados del otro lado del Atlántico tampoco les ha ido de cine fuera de su ámbito de influencia.
Uruguay ganó sus Mundiales en
Montevideo y
Río de Janeiro,
Argentina en
Buenos Aires y
México DF. Sólo Brasil ha alzado la Copa lejos de su tierra: en
Suecia (en 1958) y en
Yokohama, Japón (2002). Sus otros tres Mundiales llegaron en
Chile,
México y
Estados Unidos.
Hasta el Mundial que certificó la vuelta de Ronaldo al mundo de los futbolistas vivos, el trofeo sólo se había disputado en Europa o Sudamérica. El torneo coorganizado por Corea del Sur y Japón fue, en ese sentido, toda una novedad, como el de EE.UU. (1994), dos apuestas de la FIFA por expandir su producto al mayor número de mercados posible. Y en ambas ocasiones ganó Brasil. ¿Repetirá la
canarinha en esta edición de 2010, en el
primer Mundial africano de la historia? ¿O acaso preparan
Ghana, Camerún, Nigeria o
Costa de Marfil la que sería la mayor revolución en la historia del torneo?
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