La Paranoia

Publicado el 18 junio 2014 por Yusnaby Pérez @yusnaby

Me mira y a veces ni cuenta me doy. Respiro hondo y prosigo. Escribo y me lee, con más detenimiento que un esmerado editor. De mis líneas saca jugosos matices psicológicos que pudieran describir rasgos ocultos de mi persona. Avanzo y voy. A veces veo su cara entre multitudes, siempre lento y despistado, buscándome cuando ya no estoy.

Camina por mi casa, interroga a mis vecinos e incluso a mis amigos. Mercy orgullosa relata mi vida y obra, me pone por el suelo y me aplasta con su chancleta de goma. Yo camino y sonrío. Mi teléfono a veces se queda sin servicio o escucho voces que intimidan. ¡Que bruto Dios mío! Me dedica vigilancia 24 horas. Su esposa debe envidiarme con la vida.

Entra a mi Twitter y me escribe “¡Yusnaby Gusano!” y cuando vengo a darme cuenta la mitad de mis seguidores ya le han respondido. Twitteo y me rio, pues veo que no estoy solo. Llegan las facturas del agua, el gas y la luz; todas abiertas y hasta con manchas de tinta azul. En facebook ni siquiera de eso escribo. Mientras más le ignoro, más se enfada conmigo.

Me tumba el blog, así de simple lo saca del aire como una mariposa aplastada con palmadas. Pero yo voy de nuevo y lo activo. Así practico esos comandos de Linux que ya había olvidado. Pierdo escritos, comentarios y contenido, pero corrijo los errores de seguridad que había tenido. ¡Hasta resulta entretenido! Un paso atrás y tres adelante; a la inversa de mi “querido amigo”.

La censura me abraza, me aprieta y me entierra. La paranoia me fusila vivo. Tu dudas de mi y yo dudo de ti, y todo lo que nos rodea es un mundo gris. Me quito el sombrero ante valientes que respiran el olor de la libertad aún presos en tierra. La paranoia nos hace creer que somos un electrón libre, desorientado y solo en medio de un campo electromagnético. La Paranoia nos vuelve nuestro propio enemigo. Se que él me vigila; subo la cabeza y sigo.