Ilustración: Pascal Campion
Os dejo un trocin de una larga entrevista que
le hizo Arjuna Peregón ( sociologo) a Joan
Garriga (psicologo y terapéuta gestaltico)
Tiene declaraciones muy polémicas y
contravertidas, pero no en este trozo de la
entrevista, si os interesa leerla toda ya os
lo mandaré.
Arjuna Peregón: ¿Cual es la función de la
pareja?
Joan Garriga: Desarrollar el amor junto a la
persona con la que caminamos en alguna
dirección, a veces con tristeza, a veces con
dificultad, a veces con alegría…y también
dar la vida; es instintivo que personas de
distinto sexo traten de aparearse, es el
impulso de la vida. Como mamíferos y
gregarios que somos, poco a poco vamos
creando un vínculo que nos es muy
necesario, que aligera el camino y nos
hace sentirnos menos incompletos. Y
ayuda. Pero esto no da la felicidad… por
lo menos no en un sentido maduro, real
y desarrollado. Yo creo que la felicidad
sólo la da la asunción profunda de que
la realidad es buena tal y como es, que
lo que vivimos es correcto, es decir, una
actitud concordante con los hechos tal
y como son… Creamos una alianza con la
vida tal como es… que nada tiene que ver
con la resignación y el conformismo y esto
nos apoya y fortalece. De esta manera,
se diría que uno puede ser feliz aunque,
por ejemplo, lo que hace y siente la
pareja no concuerde con lo que uno
desearía que hiciera o sintiera, o aunque
surjan graves problemas o situaciones
complicadas. Pero esto sólo se consigue
sin oposición al otro, desde el profundo
respeto, porque, a veces, el camino de la
otra persona se encamina en una dirección
distinta a lo que uno esperaría. Algunas
filosofías orientales hablan de la felicidad
no dependiente del rumbo de las situaciones,
una felicidad des identificada del flujo
cambiante de los pensamientos, las
emociones y los hechos. En general la
pareja no da la felicidad, especialmente
cuando se la espera en demasía y, de hecho,
cuando uno toma una pareja y se postula
como compañero, marido, esposa, etc…
no sólo se hace candidato a un cierto tipo
de felicidad sino que también se hace
candidato al sufrimiento y el dolor, se
arriesga a crear una serie de proyectos y
vínculos que en algún momento se van a
perder. Porque en la vida todo se pierde
y el gran aprendizaje es despedirnos con
alegría de lo que la vida nos quita como
decía San Agustín. Aprender a perder y a
soltar es un aprendizaje doloroso para todos.
Los vínculos alegran y duelen y ambas
cosas pueden tener lugar. .....