La pareja de enanas marrones más frías

Por Jordiguzman

Impresión artística del par de enanas marrones más frías. Crédito: ESO/L. Calçada

Observaciones con el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (ESO), en conjunto con otros telescopios, han detectado una estrella que podría ser la más fría conocida hasta ahora: se trata de una enana marrón en un sistema doble, cuya temperatura es similar a la de una taza de té recién servida –caliente en escala humana, pero extraordinariamente fría para la superficie de una estrella. Este objeto es lo suficientemente frío como para comenzar a cruzar la difusa línea que separa las pequeñas estrellas frías de los planetas gigantes calientes.

Las enanas marrones son básicamente estrellas fallidas: no posee la masa suficiente para que la gravedad gatille las reacciones nucleares que hacen brillar a las estrellas. La enana marrón recién descubierta, identificada como CFBDSIR 1458+10B, es el miembro más tenue de un sistema binario de enanas marrones ubicado a sólo 75 años-luz de la Tierra [1].

El poderoso espectrógrafo X-shooter del Very Large Telescope (VLT) de ESO en cerro Paranal, en la Región de Antofagasta en Chile, permitió mostrar que el objeto analizado era muy frío para los estándares de una enana marrón. “Estábamos muy entusiasmados al ver que este objeto tenía una temperatura tan baja, pero nunca imaginamos que resultaría ser un sistema doble en el que uno de sus componentes es todavía más interesante e incluso más frío”, dice Philippe Delorme del Institut de planétologie et d’astrophysique de Grenoble (CNRS/Université Joseph Fourier), co-autor del artículo científico. CFBDSIR 1458+10 es el sistema binario de enanas marrones más frío descubierto hasta ahora.

Se pudo determinar que las tenues enanas marrones poseen una temperatura de unos 100 grados Celsius –el punto de ebullición del agua, no muy diferente de la temperatura al interior de un sauna [2]. “A temperaturas como éstas es esperable que tengan propiedades diferentes a las de enanas marrones descubiertas previamente y que se acerquen más a los planetas gigantes –incluso tener nubes de agua en su atmósfera”, dice Michael Liu del Institute for Astronomy de la Universidad de Hawaii, autor principal del artículo científico que presenta este nuevo estudio. “De hecho, cuando comencemos a tomar imágenes de planetas gaseosos gigantes alrededor de estrellas similares al Sol en un futuro cercano, yo esperaría que muchas de ellas se vean muy similares a CFBDSIR 1458+10B”.

Desentrañar los secretos de este objeto único fue posible gracias a las capacidades de tres diferentes telescopios. CFBDSIR 1458+10 fue por primera vez identificado como un sistema binario gracias a la Estrella Guía Láser del sistema de Óptica Adaptativa del Telescopio Keck II en Hawaii [3]. Liu y sus colegas aprovecharon el Telescopio Canada–France–Hawaii, también situado en Hawaii, para determinar la distancia del dúo de enanas marrones con una cámara infrarroja [4]. Finalmente se utilizó el VLT de ESO para estudiar el espectro infrarrojo del objeto y medir su temperatura.

La búsqueda de objetos fríos es un campo muy activo en la astronomía moderna. El Telescopio Espacial Spitzer identificó recientemente otros dos objetos muy tenues que podrían competir por el título de la enana marrón más fría conocida hasta la fecha, si bien su temperatura aún no ha sido determinada con tanta precisión. Observaciones futuras permitirán realizar comparaciones más precisas entre estos objetos y CFBDSIR 1458+10. Liu y sus colegas planean observar CFBDSIR 1458+10 nuevamente para determinar con mayor exactitud sus propiedades y comenzar a construir un mapa de la órbita del sistema binario, el cual, después de una década de monitoreo, permitirá a los astrónomos determinar la masa del sistema binario.

Notas

[1] CFBDSIR 1458+10 es el nombre del sistema binario. Los dos componentes se conocen como CFBDSIR 1458+10A y CFBDSIR 1458+10B, siendo este último el más tenue y frío de los dos. Al parecer estarían orbitando uno alrededor del otro a una distancia tres veces mayor que la que separa la Tierra del Sol, en un período de unos treinta años.

[2] Comparativamente, la temperatura superficial del Sol es de unos 5500 grados Celsius.

[3] La óptica adaptativa compensa gran parte de la interferencia causada por la atmósfera de la Tierra, mejorando la nitidez de la imagen en un factor de diez y permitiendo distinguir la ínfima separación entre los componentes del sistema binario.

[4] Los astrónomos midieron el movimiento aparente de las enanas marrones en relación al fondo de estrellas más distantes, causado por el cambio de posición de la Tierra en su órbita alrededor del Sol. Este efecto, conocido como paralaje, les permitió determinar la distancia de las enanas marrones.

Nota de prensa publicada en el portal del Observatorio Europeo Austral (ESO).