No sabía nada de ellos, pero el modo aleatorio de aquel gran Championship Manager 2009 me dio la posibilidad de conocerlo por primera vez en mi vida. Me aficioné al Burton Albion por un juego de ordenador. El equipo acababa de ascender de la Conference a League Two la temporada anterior, el entrenador que consiguió gran parte de ese sueño fue Nigel Clough, el hijo del mítico Bryan Clough, que se fue un par de meses antes al Derby County. No era fácil dirigir un equipo recién aterrizado desde la Conference, pero acepté el reto que el juego proponía.
En realidad no recuerdo de forma clara lo que pasó con aquella partida, pero lo único que sé es que llegué a ascender a League One tras jugar varias temporadas. Poco más. Aquellos colores, aquellos nombres, aquel club se incrustó en mi vida futbolística por razones tan ilógicas como simples: el nombre del estadio, el Pirelli Stadium es buena prueba de ello. No obstante y durante toda aquella temporada 2009-2010, intenté seguir al equipo por crónicas de la BBC y algún que otro highlight colgado en Youtube, pero las temporadas posteriores mi interés cesó, dejaron de importarme lo más mínimo y sus partidos e historia cayeron en el olvido.
No supe nada más del Burton Albion hasta el pasado mes de noviembre. El club de las Midlands acababa de firmar a Jimmy Floyd Hasselbaink, aquel delantero que sigue -y seguirá- estando en la mente de todo aficionado del Atlético de Madrid, y con él que llegarían nuevos desafíos al Pirelli Stadium. Durante todo este ostracismo, el Burton Albion había conseguido consolidarse en la League Two con un presupuesto mucho menor que la media de la categoría, aunque eso no fue un hándicap para lograr colarse en los Play Offs de las temporadas 2012-2013 y 2013-2014. Estuvieron cerca del sueño del ascenso el curso pasado, pero en la final perdió contra el Fleetwood Town (0-1). Aquel partido se jugó en Wembley y los últimos quince minutos, con cantada del portero del Burton, el mejor del equipo aquella tarde, supuso el final de la historia. Así de injusto puede ser el fútbol algunas veces, pero luego siempre te recompensa.
Y así fue, el balón devolvía lo que poco antes le robó. El pasado fin de semana se confirmó su ascenso directo a League One por primera vez en su historia. Unos doscientos aficionados se desplazaron hasta el estadio del Morecambe para teñir de amarillo las gradas rivales. El club que me enamoró en aquel videojuego sigue escribiendo líneas y líneas de una historia que puede terminar no solo en una categoría superior, el título de campeón de la League Two está al alcance de su mano. Jimmy, el punta holandés que deleitó por el Calderón ha conseguido una partida casi perfecta, pero esta vez era real.
Durante esta campaña acabada en éxito, el equipo amarillo tuvo un español en sus filas. El centrocampista del Derby County y ex jugador de la cantera colchonera, Ivan Calero. El internacional sub 19 por España llegó cedido en los meses de febrero y marzo jugando tan solo seis partidos antes de regresar a su club de procedencia.
Como curiosidad la del irlandés Rory Delap, el ex del Stoke City, toda una leyenda en el fútbol británico por sus famosos saques de banda, jugó siete partidos en los que marcó un gol. Tras numerosas lesiones, el internacional por la República de Irlanda decidió colgar las botas la temporada pasada, siendo el Burton Albion su última camiseta.
O la llegada en el mercado invernal de Antoine Curier, delantero que militaba en el Hamilton Academical de la Premiership escocesa y que estaba siendo una de las sensaciones de la Scottish Premiership. Su fichaje fue totalmente gratuito tras quedar libre y Hasselbaink no dudaba a la hora de apostar por uno de los delanteros con más caché en Escocia.
Vida de videojuego para lograr lo que parecía imposible, y aunque con trabajo y lucha los éxitos han llegado, el sueño que comenzó con ese reto que mi ordenador me lanzaba ahora continúa más vivo que nunca. El Burton Albion, cuando la realidad supera a la ficción.
- Ascenso a League One. (Morecambe 1-2 Burton Albion):