Los niveles de descaro y desfachatez de la poco democrática clase política española son insuperables.
UPyD acaba de denunciar ante el Tribunal Supremo que los cuatro últimos nombramientos en el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN)realizados por los dos grandes partidos políticos españoles (Cristina Narbona, Rosario Velasco, Fernando Castelló y el presidente, Fernando Martí) son ilegales porque incumplen los requisitos de independencia que establece el artículo 5 de la ley 15/85 de creación del CSN, que es un organismo independiente del gobierno que, como muchos otros, está siendo "ocupado" de manera descarada e ilegítima por los políticos españoles.
Organismos e instituciones que necesitan ser independientes en democracia para garantizar el buen funcionamiento de la sociedad, como los reguladores del mercado, el Banco de España y los mismos Altos Tribunales de Justicia han sido prostituidos sin decoro por una clase política insaciable de poder y sin freno democrático alguno, colocando a sus "piezas" en esos puestos de alto valor estratégico. El nombramiento de militantes al frente del Tribunal Constitucional (Pérez de los Cobos, del PP) y del Banco de España (Fernández Ordoñez, del PSOE), por citar sólo dos ejemplos recientes, es de tal desvergüenza que habría debido provocar la dimisión fulminante de los dos últimos gobiernos, como habría ocurrido en cualquier democracia medianamente decente del planeta.
Los partidos pueden elegir a los consejeros del CSN, lo cual ya es una arbitrariedad insostenible en democracia, pero hasta ahora los políticos se habían "reprimido" y habían elegido a técnicos. Sin embargo, ahora, cuando se sienten rechazados por los ciudadanos y cuando su gentión al frente del país es criticada masivamente y cuestionada, hasta el punto de que muchos ciudadanos reclaman castigos de la Justicia para los malos administradores y gestores públicos que han llevado al país hasta la ruina y el fracaso, ellos, los políticos, se blindan e intensifican su "ocupación" ilegítima" y "desvergonzada" de las instituciones y organismos que requieren independencia y funcionamiento libre.
Los políticos españoles, voraces y desenfrenados como una plaga de termitas, han ocupado todos los espacios posibles de una sociedad civil que, según la democracia, debe ser independiente y servir como contrapeso al poder político. Las grandes columnas de la sociedad civil, desde los sindicatos a las universidades, sin olvidar las instituciones financieras, las grandes fundaciones, colegios profesionales y otras muchas organizaciones, han sido ocupadas por los partidos o controladas a través de las subvenciones y aportes de dinero público, en muchos casos colocando a sus militantes en los patronatos y consejos, lo que constituye uno de los peores atentados de los muchos que cometen los políticos españoles contra la limpieza democrática.
Según UPyD, "el bipartidismo está tratando de blindarse" y todo indica que esa acusación es cierta.
Muchos políticos están siendo ayudados desde sus partidos para que los puestos de eventuales que ocupan en las distintas administraciones se conviertan en fijos. En Andalucía, el PSOE, un partido que ha sido especialmente descarado e inmoral en este tipo de prácticas, ha convertido en funcionarios a casi 10.000 amigos del partido, colocados en la administración autonómica, mientras se siguen realizando operaciones de este tipo, pero ahora amparadas por el silencio y la ocultación de datos al ciudadano.
El PP no es mejor que el PSOE en este tipo de suciedades antidemocráticas. Tras prometer en la campaña electoral que limpiaría de asesores la administración, es probable que hoy tengan colocados a mas asesores que Zapatero en sus tiempos de despilfarro y endeudamiento loco. Prometieron adelgazar el Estado y lo están engordando; prometieron acabar con la corrupción y comulgan a diario con ella; prometieron adecentar la vida pública y con las revelaciones de Bárcenas el PP parece un estercolero.
Muchos expertos sostienen que en España hay suficientes latrocinios, abusos e inmoralidades para que el pueblo se plante y eche del poder a una clase política que, a juzgar por sus "logros", no es merecedora de premio alguno, ni siquiera de respeto. Ante ese eventualidad, en lugar de corregir el rumbo y ser mas decentes, nuestros políticos parecen haber optado por blindarse y construir trincheras de acero para resistir las embestidas de los indignados, los arruinados, los saqueados y los expoliados.