A principios del siglo 20, Marie
Triepcke está
casada con el más famoso pintor de Dinamarca: Peder Severin Kroyer. Es
la pareja más admirada y famosa del país. Todos los grandes hombres de
la época – políticos, empresarios, nobles, científicos, escritores … –
desean ser pintados por Krøyer, a cualquier precio que quiera poner,
pues ser pintados por él es un gran honor y proporciona un gran
prestigio.
El Sorolla danés: Peder Severin Krøyer
Marie,
que posa en varias de las pinturas de Krøyer, es considerada como “la
mujer más bella de Europa”. Junto con su hija Vibeke experimentan todo
lo mejor que ofrece la vida: Viajes, fiestas, champán y lujo. Sin
embargo, esto es sólo la apariencia superficial, en realidad la vida que
Marie está viviendo es un infierno: Krøyer sufre depresión maníaca y
demencia producida por la sífilis. Puede cambiar en un instante de ser
alegre y optimista, a ser un monstruo demoníaco con espuma en la boca,
que no respeta barreras ni siquiera en su relación con su mujer y su
hija.
En realidad Peder Severin había conocido mucho tiempo antes a Marie,
cuando ella posó para un cuadro suyo, precisamente el llamado “A dúo” de
1874 en el que aparece sentada a la izquierda luciendo un vestido rojo:
El cuadro había sido un encargo del industrial de tabaco Heinrich
Hirschsprung, un millonario filántropo que desde que Peder tuvo 20 años
fue su amigo, protector y mecenas. Fué él quien le presentó a Marie, una
joven pintora con mucho desparpajo y proveniente de buena familia. El
mismo Hirschsprung, parece formar parte del cuadro como el figurante del
fondo, pero por si acaso no lo fuera, aquí le tenemos en un gran
retrato que le hizo Peder:
Poco después de llegar a París, sola, en diciembre de 1888, (lo que era
una osada aventura para una respetable joven de aquellos tiempos), Marie
se encontró con Peder en un café frecuentado por artistas nórdicos. Su
belleza ya tenía abrumado a Krøyer quién fijó su atención obsesivamente
en ella y, bueno, trás un tórrido romance, varias veces, la pareja se
casó el 23 de julio 1889 en la casa de la familia Triepke en Augsburgo,
Alemania, pais de origen de los Triepke y donde se habían visto
obligados a regresar en 1888 a causa de la pérdida de empleo de Max,
padre de Marie, que había sido director técnico de la empresa Telares J.
H. Rubens.
Desde 1877 a 1881, Krøyer viaja por toda Europa, desarrollando sus
habilidades pictóricas. En París realiza estudios en la academia de León
Bonnat, aunque sin duda es influido por los impresionistas más
importantes de la época: Sisley, Renoir, Degas, Monet y Manet, pero a
pesar de todo su pintura no es abiertamente impresionista entobces.
Durante toda esta época Hirschsprung le ofrece apoyo financiero para sus
viajes y sus clases.
Destaco estas “Gitanas de Granada” por la influencia que ejercieron
sobre el pintor los artistas españoles, en especial Sorolla a quien
conoció personalmente, aunque durante este periplo suyo por el sur de
Europa econtraremos otras obras muy destacables de fuerte componente
costumbrista, como estos “Trabajadores ilalianos” que también nos
muestra el encanto que se encontraba en aquellos tiempos viajando por
los paises del Mediterraneo.
Pero volvamos a las frías tierras del norte y centrémonos en la historia
de amor de esta pareja, que es la excusa que os he prometido contar
para enseñaros la obra de este loco genial. Peder vuelve a Dinamarca en
1882 y se va a vivir a Copenhague, como los ricos, donde tiene su
estudio y comienza a hacerse famosillo gracias a los contactos de su
benefactor. Comienza entonces a pasar los veranos en Skagen, que es una
península que está en lo más alto del mapa danés (y que se pronuncia
‘Skain’) donde, precisamente por la latitud extrema, existen unos
efectos de luz demasiados prolongados, lo que permite realizar las obras
grandes ‘in situ’ y desarrollar así la tendencia impresionista de la
‘pintura alla prima’, así que va prolongando sus estancias en el
pueblecito de pescadores durante los meses de invierno con la intención
de acabar las obras iniciadas. Y es entonces cuando su pincel comienza a
contarnos maravillas de las playas desiertas bajo la boreal luz azul.
Y cuando nuestro pintor comienza a ser considerado como uno de los tres
grandes pintores daneses del momento, junto a Kristian Zahrtmann y
Theodor Esbern Philipsen, de quienes ya encontraremos ocasión de hablar.
Hasta la pequeña península de Skagen comienzan a llegar los encargos de
grandes retratos y, lo que es mejor, también comienzan a frecuentarle
otros amigos artistas que se asientan formando un círculo cultural en
torno a Peder, y que con el tiempo llegarán a tener cierta influencia en
a cultura de Dinamarca.
No solo por las vistas de bellas
damas vestidas de blanco paseando por
las playas, mantenemos que la influencia de Sorolla sobre Kroyer es algo
más que evidente y poco destacado en la historia de la pintura. Kroyer
pinta escenas de pescadores, retratos de encargo y aún (y siempre)
continúa plasmando en sus lienzos la bella estampa de Marie, de quien
sigue profundamente enamorado. Ella, embarazada de su hija Vibeke, ha
dejado un poco de lado la pintura, pero se ha centrado en la decoración
de su casa, terreno en el que tuvo tanto éxito, o más que en el arte
pictórico, de manera muy paralela a lo que vimos que les sucedió a los
suecos
Carl y Karim Larsson
Peder vive su pintura de manera muy intensa, sigue saliendo a pintar a
la playa con grandes lienzos a la manera que le enseñó Sorolla, pero se
compró una cámara fotográfica en 1885 y no se resiste a hacer
experimentos con ella, inicialmente en retratos, pues evita así eternas
sesiones de posado de los hombres importantes y muy atareados que le
proporcionan su sustento económico, pero luego esos experimetos
‘contaminan’ otro tipo de obras. Y son esos experimentos, como luego
hemos podido comprobar, los que han costado muchos disgustos a un gran
número de pintores, no solo por su ‘falta de honestidad’ sino por la
influencia de la visión monocular, del encuadre fotográfico y del efecto
de profundidad de campo en la pintura copiada de la fotografía.
A medida que pasa el tiempo el caracter de Peder se va enrareciendo, las
temporadas en la capital se acortan y en la playa se alargan, y lo que
en principio eran meras extravagancias de un pintor con potentísimas
influencias de la bohemia, se van convirtiendo en estallidos de
mal carácter que enfrían el amor de Marie por su marido. Ella retoma la
pintura y deja, de buena gana, que Peder se vaya a la playa mientras
hace algunos viajes al extranjero. El, cada vez más centrado en su
pintura y en su cerrado círculo de amigos, va consolidando su
aislamiento a principios del nuevo siglo XX, cuando comienzan a
manifestarse los primeros síntomas de un desequilibrio mental severo.
El grupo de amigos estaba formado por intelectuales bastante notables,
por ejemplo solían aparecer los escritores Holger Drachmann, Georg
Brandes, Hans Christian Andersen y Henrik Pontoppidan, los
artistas Alfvén, Christian Krohg, Michael Ancher y Anna Ancher, y los
compositores Carl Nielsen y Hugo Alfvén. A menudo se les unían en la
zona del Hotel Brøndum, que todavía hoy está activo. Pero las
depresiones de Peder se fueron acentuando y además en el año 1900 le
diagnosticaron sífilis, lo cual no significa obligatoriamente que fuera
infiel a Marie, dado que esta enfermedad puede contagiarse sin la
práctica de relaciones sexuales.
La salud de Peder se deterioró drásticamente. Debía permanecer ingresado
largas tempordas en hospitales y mientras Marie continuaba con su vida
de artista y madre. Aunque hoy sus acuarelas son muy valoradas y pueden
verse en el Museo de Skagen, la más importante tarea artística de Marie
durante aquellos años se centró en el diseño de los refinados interiores
de las varias casas que ella y Krøyer tenían en propiedad. Ella se
inspiró en el entonces de moda movimiento Arts and Crafts . Sus diseños
de los muebles sería utilizado por Ulrik Plesner, un destacado
arquitecto de la época, y varias de sus piezas originales se exhiben en
el Museo Nacional. Muchos de sus amigos en los círculos de ricos,
influyentes y de moda la contrataron para su asesoramiento en el diseño
del interior de sus hogares.
Los cinco primeros años del siglo XX fueron una suplicia para la pareja.
La locura de Peder se hizo insostenible y se negaba a separarse de
Marie, por más que ella le pedía constantemente el divorcio. Tras una
visita a Taormina, Sicilia, en 1902 seenamoró de Hugo Alfvén ,
el compositor sueco, el hombre que llegaría a ser su futuro esposo.
Ambos vivieron una profunda historia de amor y no se separaban ni
cuando estaban en la casa de Marie y Peder en Skagen, a pesar de lo cual
Krøyer se mostraba reacio a divorciarse de ella. Finalmente sucumbió
cuando María quedó embarazada de un niño de Hugo, y su divorcio se
produjo en 1905.
Krøyer falleció en 1909 con 58 años después de pasar 10 años enfermo,
pero en especial los últimos cinco con una terrible agonía. Fue de un
hospital a otro y al final la enfermedad afectó también a su equilibrio
mental y a su visión, acabó totalmente ciego. A pesar de eso realizó
varios cuadros con ceguera parcial y al final de sus días, bromeaba con
que su misión mejoraraba con la pérdida del ojo que por el que aún veía.
Fuente:
http://eldibujante.com/?p=8886
http://www.poesiagt.com