Con este título se encabeza un interesante artículo aparecido en el blog de la Asociación Cádiz Ilustrada, en el cual informan del estado de la Iglesia Santuario de la Divina Pastora gaditana, el primer templo del Mundo dedicado a la Divina Pastora, gracias a la infatigable labor apostólica del Venerable Padre Isidoro de Sevilla. Compartimos la noticia con todos nuestros seguidores y numerosos lectores, pues consideramos que es de gran interés para todos los pastoreños:
En Cádiz tenemos la suerte de contar con una increíble producción artística sobretodo en el patrimonio religioso, en calidad y en cantidad. Ésto supone un fantástico espejo en el que podemos mirarnos los gaditanos para profundizar en nuestra Historia, en nuestra cultura, como también es un recurso de interés para el turismo cultural. Pero para que ésto sea, es necesario su mantenimiento, con estudiadas medidas para su conservación y restauración, siguiendo un orden coherente. En otras palabras, un Plan Director diseñado y ejecutado por profesionales del patrimonio.
La inyección, a veces millonaria, que necesita el patrimonio cultural puede hacernos caer en el desánimo, por eso es muy importante que la ciudadanía se identifique con el patrimonio para, primeramente, valorarlo y después dinamizarlo. Para ello, creo que debe existir una interactuación entre el bien cultural que queremos proteger y la población local fundamentalmente. Por eso cuando se cierra un templo es muy probable que caiga en el olvido y entonces sólo cabría esperar el derrumbe o su enajenación con los que pierde su uso y con él sus valores.
En estos momentos tenemos un caso preocupante como es la Iglesia de la Divina Pastora de la calle Sagasta, el primer templo del mundo dedicado a esta advocación mariana, uno de los focos fundamentales del patrimonio religioso en el Barrio de la Viña junto a la Iglesia de San Lorenzo, y uno de los mejores ejemplos del arte rococó en Cádiz. Aunque esta Iglesia de la Divina Pastora no presenta daños estructurales, es muy delicado el estado de la instalación eléctrica, motivo por el que está cerrada al público desde el pasado 29 de junio.
Esta capilla fue levantada en 1736 por la Archicofradía de la Divina Pastora, fundada por el capuchino Fray Isidoro de Sevilla. La actual construcción es el resultado de varias reformas entre 1754 y 1755, en las que se reformó la cúpula y se añadieron las capillas laterales. En 1762 se terminan las obras con la portada.
El retablo mayor, al igual que los laterales, es realizado por Julián Jiménez a partir de 1753, presidido por una talle de la Divina Pastora de las Almas atribuida a José de Montes de Oca, fechable hacia 1730. Las imágenes son obras del escultor sevillano Benito de Hita y Castillo que deja en esta capilla uno de los conjuntos más destacados de su producción.
Así que esperamos que pronto se abra esta capilla para que siga manteniendo el uso para el que fue concebida y los gaditanos disfruten de este enclave fundamental para su cultura y valoren su patrimonio. Ésta es la única forma de que no caiga en el olvido pues ya tenemos dolorosos ejemplos como la Iglesia de San Agustín de Medina Sidonia recientemente o el desaparecido convento de los Capuchinos de Cádiz.
Elena González Pérez
Lcda. en Historia del Arte y Máster en Arquitectura y Patrimonio Histórico.
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