La pata del escarabajo, de John Hawkes

Publicado el 28 noviembre 2014 por Aramys

 Tengo una extraña pasión por los westerns, más concretamente por los westerns góticos. Oscuros, sangrientos, extraños, incluso despiadados a veces.

Pero empecemos por el principio. John Hawkes, otro de los hijos del postmodernismo norteamericano que junto a Pynchon, Barth, Barthelme, Gaddis y toda la panda, revolucionó la manera de escribir y contar historias allá por los sesenta y en adelante. Con algo más de suerte que alguno de sus coetáneos, unos pocos de sus libros fueron publicados en España en los años ochenta de la mano de Alfaguara, cuando se arriesgaba a publicar buena literatura, cosa que ahora parece no querer hacer, además de relegar al olvido un catálogo plagado de buenos autores que no se molesta en reeditar. Por suerte, la editorial Meetok ha recogido el testigo y de momento ha publicado dos de sus novelas, con vistas a publicar más.

He de reconocer, que mi primer intento con Hawkes fue con su novela El caníbal, una novela donde Hawkes hace su particular (re)visión de la segunda guerra mundial. Demasiado oscura y triste para mí en este momento, opte por dejarla y empezar por otra se sus novelas más afín a mis gustos, un western.

Con un estilo seco y desnaturalizado, pero a la vez hipnótico y oscuramente lírico, Hawkes construye en La pata del escarabajo un western gótico, extraño, surrealista, inconexo, un tour de force para el lector que, más allá de buscar una trama o un hilo conductor, ha de quedarse con el texto, con las palabras, con lo que subyace de ellas y reconocer y recomponer una historia donde el duelo y el dolor, la perdida, la apatía, la irrealidad y los fantasmas pueblan el pequeño y árido Mistletoe, un pueblo a la sombra de la gigantesca presa que habría de traer prosperidad y dinero a sus habitantes.

Hawkes no es un tipo fácil, él mismo decía que los verdaderos enemigos de la novela son: la trama, los personajes, el escenario y el tema. Así que intentad escribir algo obviando todo eso, es prácticamente imposible. Pero Hawkes lo consigue en sus novelas, da al lector una visión nueva del ejercicio de leer, otra visión, otro punto de vista. Hawkes parece querer darnos la oportunidad de construir nosotros mismos la historia, dándonos él los bosquejos, los pedazos de un todo que sólo él conoce, yendo de aquí para allá en una trama ya de por sí fragmentada, inconexa, que además él altera una vez tras otra cambiando las localizaciones, los espacios temporales y los personajes.

La clave para encajar todas las piezas nos las da el lenguaje que emplea Hawkes, un lenguaje potente y muy visual capaz de crear atmosferas asfixiantes y oscuras, capaz de transmitir la amalgama de egos y almas destrozadas, de personalidades extremas, capaz de crear un clima desolador que envuelve a un pueblo entero, capaz de tantas y tan extremas imágenes usando tan poco, usando solo las palabras exactas, con esa sensación de llenazón, de mareo, que da leer a Hawkes.

La pata del escarabajo es una novela absolutamente excelsa, ambientada casi toda ella al abrigo de la oscuridad nocturna, del polvo del desierto, una novela que lleva casi al extremo la definición de western gótico, una novela que nos hace pensar el Cormac McCarthy, en Faulkner, una novela que apesta a pobreza, a ropa sucia, a comida pasada, a gallinero, a cuadra, a gasolina, a alquitrán, a pólvora, a aire viciado, a humedad, a sureño. Una novela que nos desafía una y otra vez para darnos cien veces lo que le demos, para recompensarnos con un juego a todas luces imposible, que se hace posible mientras leemos.

John Hawkes jugaba con los géneros a placer en cada una de sus novelas; género negro, bélico o western, lo monstruorizaba, lo hacía suyo, y mandaba a tomar por culo la literatura tradicional. Admirado por Pynchon y Donald Barthelme, entre otros, Hawkes se ganó con creces un lugar entre ellos.

La pata del escarabajo
John Hawkes
Ed. Meetok 2010
229 páginas.