Ayer, 12 de agosto, se cumplieron 30 años del lanzamiento de la primera PC (Personal Computer). Aquellas innovaciones que IBM introdujo en el artefacto en cuestión, tres décadas después van más allá de una cuestión tecnológica, hundiendo sus raíces en un cambio que es sin dudas cultural. Aunque claro, esté perdiendo hoy la batalla frente a la computación ubicua.
La IBM Personal Computer 5150 de 1981 costaba U$S 1.565. Esta fue tal vez la verdadera revolución, ya que sólo 20 años antes una computadora IBM podía cotizarse en millones de dólares, esto sin entrar en detalle de las condiciones, personal necesario y espacios requeridos para su instalación. Esta reducción dramática de costos, junto a los avances en términos de velocidad de procesamiento y facilidad de manejo, puso la computadora al alcance de todos.
Las invenciones de IBM crearon productos que sin dudas han transformado el modo en que vivimos y trabajamos: la computación corporativa (1950), el cajero automático y la lectora de código de barras (’70s), Bill Gates y Steve Jobs (si, también son un invento derivado de la IBM PC), el primer disco duro (1956), el disquete (1971), la memoria DRAM (1966), el lenguaje FORTRAN (1957) y el desarrollo de internet son parte de la fabulosa historia de la contribución de IBM a esta revolución tecnológica y cultural.
Lo que continúa en un cono de sombras es la vergonzante aplicación del modelo IBM Hollerith.