Tras pasar por el Festival de Sundance y el Festival de Málaga, la ópera prima de la puertorriqueña Glorimar Marrero Sánchez llega a las salas comerciales. El intimista relato que propone La pecera nos lleva a enfrentarnos al duelo contra un cáncer metastásico que sufre Noelia. Tras decidir que no quiere tratarse, busca una vía de escape regresando con su madre a su Vieques natal, una isla paradisíaca puertorriqueña en cuyas aguas se esconden toneladas de residuos contaminantes provocados por el ejército norteamericano. La trama personal de esta mujer en busca de que respeten sus decisiones se entreteje con su implicación en un grupo de denuncia política y medioambiental por la situación que vive la isla de su hogar materno.
Cuando el tiempo ya no tiene valor y la lucha por aferrarse a algo tampoco, lo único que queda es intentar sobrellevar con dignidad la marcha. A partir de ese punto de partida, la actriz Isel Rodríguez construye una interpretación tan contenida como firme, tan sonámbula como emocionante. La película, cierto es, se muestra un tanto desigual en su apuesta formal al desarrollar una narrativa de cámara algo común, con unas formas que en ocasiones se ciñen demasiado a mostrar lo textual del relato y sus consecuencias. Además, cuando la película toma derivas algo más metafóricas y oníricas, aparece la parte más impostada de la película.La situación externa que ocurre alrededor del personaje, esa vuelta a un Vieques que sufre la enfermedad colonizadora que ha destrozado su medio ambiente (en una metáfora algo cogida con pinzas en relación a la enfermedad de la protagonista), seduce a la historia a dejarse deslizar por unos derroteros algo más rebuscados dónde los testamentos de dos clases de vidas -la población y la personal- muestran dolor y urgencia, pero no terminan de converger. Quizá, también, porque en esa intencionalidad más rebuscada acaba perdiéndose un poco la naturaleza de una película que encuentra sus mejores momentos en la intimidad de su protagonista.De este modo, La pecera se muestra como una cinta cruda, pero que nunca se regodea en el dolor, dejando espacio para los sentimientos de sus personajes. Es un muy interesante ejercicio de cine sensitivo, que es irregular en una formalidad de cámara algo común y en una pretensión metafórica algo impostada, pero que no por ello deja de encontrar grandes momentos de naturalidad en su mirada hacia el duelo y la muerte.
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- ##check## Lo bueno
- Que sea una película que rechaza el melodramatismo y el sentimentalismo.
- ##times## Lo malo
- Que tenga algunas pretensiones mayores de las que su relato dispone.
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- Ambientación 7.0
- La localización es de vital importancia en la historia y juega un papel sensitivo muy importante.
- Desarrollo de Personajes 7.0
- Correcto. Es un viaje muy intimista en el que la protagonista recorre con sentido el final de su vida.
- Argumento / Guion 6.0
- La sencillez del relato está bien construida, pero acaba pretendiendo ser más metafórica de lo que debería.
- Banda Sonora 6.0
- No abusa mucho de ella, lo que es de agradecer en una película de esta gravedad.
- Entretenimiento 5.0
- Es una película dura y de estilo calmado. No busca entretener.
- Montaje / Innovación técnica 7.0
- Navega el montaje por cierto sonambulismo, con unos tiempos bien medidos en las secuencias, que permite a la película construir con armonía ese trayecto final que muestra.
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- Puntuación Total 6 / 10