Después de más de una docena de años paseando montañas en diferentes lugares, con la Sierra de Guadarrama y La Pedriza como referencias permanentes, siempre se pueden encontrar rutas novedosas, algún soñado rincón de nuevo descubrimiento
La Pedriza permite amplias marchas y también breves paseos, según la elección de cada persona. Esta mañana, Jose y yo, salimos a recorrer una breve senda que habíamos visto alguna vez y no habíamos visitado. La mañana está serena y aún fresca a estas primeras horas, cuando el sol camina buscando nidos nuevos entre las jaras y los pinos que despiertan.
Fuente de las Zorras
Salimos, una vez más, del aparcamiento tercero de Canto Cochino en La Pedriza y comenzamos a caminar paredaños al Manzanarespor la pista de las zetas. Suena el Manzanares a violines y trompetas acaso pulsadas por el martín pescador y el escurridizo mirlo; el abejaruco y el arrendajo hacen los coros al carbonero garrapinos y al pájaro carpintero que tienen las voces solistas por estos parajes
Superamos la Fuente de Las Zorras y diferentes senderos que salen en diversas direcciones, para continuar caminando hasta el kilómetro nueve desde donde sale, justo antes del Puente del Francés, una bien trazada senda escalera arriba hacia las Cascadas del Manzanares donde podremos llegar en apenas hora y media.
La pedriza entrega el sosiego de las rocas, el silencio del musgo...
Pero hoy nos detenemos antes. Muy pronto encontramos una fuente preparada y con escasez de agua incluso en esta primavera en la que corren arroyos de temporada y abundantes escorrentías. El sosiego de las rocas, el silencio del musgo, dormitan en las laderas entre helechos y pinos, entre jaras y espinos
Puente del Retén sobre el río Manzanares.
Llegamos al Puente del Retén arropado por la sombra de la abundancia de sauces y otros árboles de verde fronda. Me siento junto a las aguas del Manzanares, en ellas se refleja mi pasado, en las aguas está escrito el libro de mi vida que suena entre las pulidas piedras y camina imperceptible e imparable hacia otras desembocaduras donde todas las aguas se funden en el eterno abrazo de algún océano.
Buscamos una senda de regreso bajando por la margen izquierda del Manzanares; la senda es nueva para nosotros, está bien trazada y nos parece que nos llevará de vuelta hasta el Puente del Retén. Las jaras están floridas esta mañana de primavera, refleja el sol el en luminiscencias coloreadas entre las rocas y los troncos de los abundantes pinos del entorno.
Chorros del Arroyo del Francés.
Más allá de una amplia llambria que bajamos sin más problema, suena una corriente entre cascadas y piedras; nos acercamos para contemplar el arroyo que tal sonido produce y vierte sus aguas al ManzanaresSegún diferentes fuentes consultadas lo llaman el Arroyo de San Simón, de los Chorros o del Francés. En lo que sí se ponen de acuerdo, es en indicar que más arriba a recogido otro pequeño afluente que es el Arroyo de la Mata. Es un arroyo de caudal importante y no encontramos un paso que nos de seguridad. Jose y yo, no queremos aventuras que nos hagan descalzarnos y aún resbalar entre las pulidas piedras de su seno.
Regresamos hasta el Puente del Retén y hacia el coche.
Javier Agra.