Revista Ciencia

La “peer review” cuestionada como sistema para evaluar los proyectos de investigación

Por Rene Aga @RAVAZE

(Traducción de un artículo de Henk Van Nieuwenhove en Dagkrant, periódico online de la Universidad KU Leuven)

La “peer review” cuestionada como sistema para evaluar los proyectos de investigación

Unos doscientos investigadores de diversas áreas se reunieron el pasado 8 de octubre en el Teatro Real Flamenco de Bruselas, para enterarse del nuevo plan de gestión del Fundación de Investigación Científica de Flandes, Bélgica (FWO - Fonds voor Wetenschappelijk Onderzoek). En el nuevo plan se sustituirán las comisiones científicas por paneles de expertos internacionales, y es por lo que el punto culminante de la reunión fue un debate interuniversitario sobre el sistema de “peer review” o “examen colegial”, que tiene defensores y detractores.

El invitado estrella de los debates fue el Dr. David M. Stonner, que dirige la punta de lanza europea de la National Science Foundation (NSF) de los EEUU. Su alocución fue clara y contundente, con cifras que impresionaban. “Disponemos de unos 300.000 evaluadores”, dijo el Dr. Stonner. “De estos se ponen en juego 45.000 cada año, entre los que hay unos 15000 nuevos, todos gratuitamente, obviamente. Un 13% de los evaluadores son de fuera de los EEUU, y un gran número de ellos son de Europa.”

La “peer review” cuestionada como sistema para evaluar los proyectos de investigación

Todos estos evaluadores se ocupan de evaluar los proyectos científicos y sus resultados de los investigadores predoctorales y posdoctorales. “Con la consideración que una investigación científica no solo debe demostrar excelencia y una competencia individual, pero también un valor añadido y una relevancia social”, decía Stonner. “A menudo recibimos reacciones negativas desde el lado científico. Los científicos dicen: sabemos distinguir entre ciencia buena y ciencia mala, pero no nos pregunte cuales son las implicaciones sociales de una investigación. Esto puede sonar muy bien, pero nosotros de la NSF debemos ir al Congreso (de los EEUU) para pedir dinero. Y el Congreso no tiene un mensaje para la ciencia por la ciencia. Es uno de los muchos dilemas.”

Otro punto por el que el examen colegial es descartado a menudo es que incita a los científicos a jugar “seguro” y a eludir la ciencia con riesgos. “Esto es en efecto un ejercicio de equilibrio muy difícil”, según Stonner. “¿Hasta qué punto te puedes arriesgar como investigador? Si sabes que tienes tan solo un 30 porciento de posibilidades de llevar a buen término una investigación, quizás te lo vas a pensar dos veces. Aún cuando el resultado puede ser de extrema importancia y de relevancia social. Algunos critican el sistema del peer review porque es demasiado conservador y que frena ideas innovadoras.”

“Intentamos remediar esto introduciendo dos programas por los que la investigación con riesgos se subvenciona por uno o dos años. Si una determinada investigación solo se puede realizar en un desastre natural determinado – un ciclón o una erupción volcánica por ejemplo -, debes a veces poder salir dentro de las 24 horas aún cuando no estás seguro que la investigación tendrá éxito. Si necesitas tiempo para poder evaluar si una investigación resultará efectiva, debes tener la oportunidad para ello.”a erupciealizar en un desastre natural determinado - un e la investigacin tin

Del debate retenemos que con la peer review pasa como con nuestra democracia: a veces no funciona bien, a veces francamente mal, pero sigue siendo el sistema menos malo disponible. Preguntas por la independencia de los evaluadores, su anonimidad, la recompensa con dinero, publicaciones científicas o mención en el currículo, el banco de datos que se consulta para hacer la elección, el balance entre investigación propia y la evaluación… siempre conducen a discusiones entre pro y contra. El Profesor Johan Martens (Departamento de Sistemas Microbiales y Moleculares de la KU Leuven) defendía que se gastase el dinero en la propia investigación y no en procedimientos devoradores de dinero y en evaluadores caros que vienen de todas partes del mundo. La Profesora Chantal Mathieu (de la Facultad de Medicina) desarmaba el mito de la independencia y del anonimato del evaluador. “Cuando, como científico de primera te ocupas de investigación de primera, conoces obviamente los otros investigadores de primera, que vengan de América o de Australia.”

Sobra materia para discusión. La reforma de las comisiones científicas en paneles de expertos es tan profunda que todavía no se ha dicho la última palabra sobre ello.

(Fin del artículo)


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