Ayer el ex Tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, que fuera
despedido del Partido a cambio de una suculenta indemnización y de que éste le
pagara el alta en la Seguridad Social durante dos años (no sé qué tipo de
despido es ese, que me lo expliquen…), volvía a Madrid después de pasar unos
días en Canadá (hace unos días me enteré que el nombre de Canadá se debe a un
español, Esteban Gómez, que en 1524 escribió en un mapa “ACA NADA”), lugar
donde ha practicado el esquí.Pues bien, volviendo a lo que nos ocupa, el Sr. Bárcenas fue recibido por
un gran número de periodistas, que ansiaban las declaraciones de una de las
personas más buscadas en este País durante los últimos meses. La respuesta del
ínclito fue clara, como muestra la foto, una solemne peineta.Pero ¿a quién le dedica la peineta el ex político? ¿A los periodistas? ¿A
los que lo acusan? ¿A sus ex compañeros de Partido? ¿A los españoles en
general?Todas las opciones son posibles. Y yo creo que la peineta iba destinada a
todos, por lo que a cada uno de nosotros nos toca una parte de ese gesto del
Sr. Bárcenas.Yo no sé si este individuo actuaba por su cuenta o en connivencia con el
Partido Popular, no sé si los dirigentes del PP eran conscientes de sus
andanzas (o solo una parte de ellos), pero lo que sí sé es que me da a mí que se
ha reído de muchos de nosotros, de la gran mayoría; por la sencilla razón que
una persona con su salario, no puede amasar la fortuna de la que se habla, aquí
hay gato encerrado.El Sr. Bárcenas nos ha hecho la peineta a todos, ya nos la hizo hace
años, escondiéndose, con esas gestiones económicas tan rentables, ahora nos la
vuelve a hacer, pero a la vista de todos, a cara descubierta.