Los políticos españoles son incapaces de ponerse de acuerdo y tienen a todo el país pendiente de sus torpezas, estupideces, miserias e impotencias. La economía medio paralizada y todo el mundo pendiente de esa tropa, que es lo peor de la nación. El espectáculo de los ambiciosos, los resentidos, los arrogantes, los impotentes, los portadores de odio y los indolentes es indigno y cruel. Los ciudadanos deberían rebelarse ante tanta degradación. España es un país postrado y casi destruído no tanto por la corrupción y el abuso de poder que se dan en la vida política y en las clases dirigentes, sino porque la sociedad, mal gobernada y sin dirigentes ejemplares, valores ni ética, se ha poblado de una fauna más envilecida, peligrosa y dañina que las hienas, las cobras reales y las pirañas. Esa fauna "Made in Spain", que deteriora la convivencia y frena el progreso cada día, está integrada, entre otros especímenes, por los siguientes:
Políticos corruptos
Ciudadanos cobardes
Periodistas sometidos
Jueces parciales
Delincuentes en las instituciones
Promotores del odio
Señoritos y caciques metidos a políticos
Despilfarradores con carné de partido
Arbitrarios en el poder
Comisionistas de lo público
Charnegos independentistas
Nacionalistas victimistas
Falsos representantes del ciudadano
Conseguidores de la Junta de Andalucía
Maltratadores hipócritas
Resentidos amargados
Envidiosos agazapados
Curas pederastas
Empresarios adictos a las subvenciones
Telespectadores de basura
Políticos profesionales
Mediocres con ambición
Tontos con ideales
Corruptos polivalentes
Sindicalistas liberados
Funcionarios pelotas
Militantes fanáticos
Totalitarios travestidos de demócratas
Lameculos persistentes
Remamahuevos pertinaces
Comemierdas adictos
Imbéciles distinguidos