Este fin de semana hemos estado en La Pendjari. Es un parque natural de Benin, que está en la provincia de Atakora, y limita con Burkina Faso. Para ello antes pasamos por Natintingou, donde visitamos a unas monjas panameñas del dispensario de Santa Bakita que están siendo nuestros ángeles de la guardia en este viaje. Gracias a ellas hemos podido autoabastecernos todo este tiempo, porque ya dedicaré una entrada a la mafia de las ONG´s en África, que da para mucho el tema.
El caso es que ha sido increible. Esta mañana nos hemos bañado en una cascada espectacular en uno de esos momentos que sabes que pasa en veces contadas a lo largo de una vida. Ayer estábamos encima de un cuatro por cuatro, hablando sobre la mafia napolitana y lo que vamos a elegir cuando lleguemos a España de especialidad, mientras unos elefantes comían tranquilamente con sus crias, a 20 metros escasos de nosotros.
Lo único que no hemos conseguido ver han sido los leones, y es que el rey de la selva se hace de rogar...
Después hemos visitado el Hospital de Tanguieta, donde hemos estado con otra religiosa que nos ha enseñado el gran trabajo que están haciendo, allí.
También he empezado a escribir una novela, que espero acabar algún día, la verdad es que ideas no me faltan, este viaje está siendo una fuente de inspiración en muchos sentidos.
Mañana tenemos que ensayar un teatro que tenemos preparado para los niños de dos colegios de aquí sobre el lavado de manos. Lo cierto es que entre todos hacemos un buen trabajo, espero que quede bien, ya os iré contando.
Un saludo desde el Oeste de África a todos los que hagais una parada por aquí. A los familiares de Irene, decirles que su pelo está a salvo, gracias a los comentarios de la última entrada. Y a la madre de CrisV que ¡es muy grande! Sensacional lo de los pasaportes en regla...