Estamos ante el segundo texto del autor francés que trata sobre la espera. Un autor que cambia así el mundo de la escritura, pues estamos acostumbrados a que la espera no sea narrada. Constantemente leemos fórmulas del tipo: "Después de unas horas, él llegó" o "Al pasar la noche..." y obviamos ese tiempo que ha pasado. Sin embargo, Julien Gracq hace de ello un gran relato.En este caso, y a diferencia de El rey Cophetua - la otra novela sobre la espera- Simon está esperando a su amada, Irmgrand, sin embargo, ella no llega en el primer tren tal y como hacía advertido. Él decide esperarla hasta el tren de la noche y mientras va a ver el mar. Esto llevará al lector a un viaje por pueblos franceses con nombres inventados que hacen referencia a lugares reales. Un viaje no solo físico sino también por los pensamientos del actor, sus emociones y sus recuerdos.
Lo más destacable son las descripciones que abundan por doquier en el relato, al contrario que otros autores que las obvian haciendo el relato más rápido. Julien Gracq quiere que nos demos cuenta del tiempo en el momento de la espera. Al leer el relato y gracias a dichas descripciones, el lector verá lo que el personaje ve, lo que el personaje huele, lo que el personaje siente y recuerda...
Personalmente prefiero La península a El rey Cophetua, pues la escritura es más sencilla y más directa al lector. Sin embargo, es indudable que cualquiera de las dos novleas es una gran obra y son imprescindibles para cualquier lector que se precie.Por tanto, recomiendo degustar su lectura al igual que se degusta el buen chocolate o el buen café, lentamente.
8'75