Si hace cinco años nos dicen que íbamos a ver a Allen Iverson jugando en el baloncesto turco hubiéramos tomado por loco a nuestro interlocutor con toda seguridad. Sin embargo, la vida da muchas vueltas, y lo que parecía un imposible se ha convertido en realidad. Ayer se presentaba oficialmente el veterano escolta como nuevo jugador del Besiktas, equipo con el que Iverson se ha comprometido para las próximas dos temporadas por aproximadamente 4 millones de dólares.
En una rueda de prensa celebrada en el hotel St. Regis de Manhattan, Iverson se mostró emocionado ante su nuevo reto, en un equipo que ha mostrado muchísimo interés en hacerse con sus servicios a falta de ofertas en la NBA. "Lo único que me importaba era sentirme querido. Ser aceptado por un club de baloncesto. Eso era lo más importante", afirmó Allen. Y es que la realidad dice que desde que la temporada pasada se "autoapartara" de la Liga tras su regreso a sus Philadelphia 76ers, las ofertas de equipos NBA habían brillado por su ausencia. Iverson asume también su parte de culpa en este sentido: "una gran parte del hecho de no estar en una plantilla NBA es por mi culpa. He cometido muchos errores en mi vida de los que no estoy orgulloso, pero tengo que salir adelante".
Así pues, el que fuera MVP de la Liga en 2001, once veces All-Star y cuatro veces máximo anotador de la NBA, jugará en Europa y no precisamente en un equipo de primera fila. El Besiktas está a la sombra del Fenerbahçe y el Efes Pilsen en la TBL, y no gana la liga turca desde 1975. En su plantilla no hay jugadores de renombre, por lo que Iverson será la máxima referencia del equipo sin ninguna discusión. Para el conjunto turco, esta operación puede redundar en lo deportivo (dependiendo del rendimiento de su nueva estrella), pero especialmente va a funcionar en lo mediático, ayudando a colocar al Besiktas en la primera línea de información sólo por el morbo de ver cómo encaja el bueno de Iverson.
Ante esto, las opiniones son muy diferentes según a quien se consulte. Tanto hay quien cree que Iverson sólo ha fichado por el Besiktas para hacer turismo por Estambul (una ciudad por otro lado totalmente distinta al way of life americano al que está acostumbrado) como quien opina que va a rayar a un nivel espectacular que incluso puede volver a abrirle las puertas de la NBA. Los últimos precedentes de la trayectoria de Iverson no permiten ser demasiado optimistas sobre su adaptación a su nueva situación, pero al menos habrá que darle el beneficio de la duda. A partir del próximo 8 de noviembre habrá que tener un ojo puesto en Turquía para seguir hablando de uno de los mejores jugadores de toda la historia de la NBA.