La Unión Europea ya ha anunciado que investigará y pedirá cuentas de esas ayudas presuntamente malversadas.
El titular de la Consejería de Educación de Andalucía -de la que dependen los cursos de formación-, Luciano Alonso, ha reaccionado acusando al Ministerio del Interior de abrir una "causa general" contra Andalucía. El tipo, con arrogancia y rabia, ha pretendido manipular la opinión pública presentando la acusación contra el gobierno andaluz como un ataque a la misma Andalucía, en lugar de temblar ante la indignación de los ciudadanos, sin pedir perdón ni dimitir.
¿Como no va a ser Andalucía la región con mas paro de toda Europa si el dinero que llega para combatirlo termina en el bolsillo de políticos, sindicalistas y empresarios corruptos? La estadísticas, que son mas fiables que las opiniones, empiezan a demostrar que Andalucía es también la región mas corrupta y peor gobernada de toda Europa. Al despreciable robo perpetrado con los EREs fraudulentos se agrega ahora este nuevo escándalo, mas cuantioso y deleznable, lo que demuestra que el falso socialismo andaluz le ha costado a los andaluces demasiado caro.
El escándalo recién descubierto en Andalucía del dinero para combatir el desempleo, presuntamente malversado y robado por políticos, sindicalistas y empresarios cercanos al pode, confirma a Andalucía como una región que aspira al liderazgo europeo de la suciedad y el mal gobierno, después de ocupar un lamentable liderazgo en baja calidad de la enseñanza, fracaso escolar, desempleo juvenil, impuestos agobiantes, abuso de poder y otras lacras cargadas de indecencia e indignidad.
Cualquier andaluz decente y demócrata, ante el panorama desolador de su gobierno, tiene el derecho y el deber ético y democrático de luchar para dotarse de un gobierno decente y respetuoso con la ciudadanía y la dignidad humana.
Si en España está claro que no se puede votar a ninguno de los partidos que han gobernado el país en las tres últimas décadas, por estar plagados de fracaso, corrupción, abusos y suciedades, en Andalucía esa medida es todavía mas urgente y crucial. Si Andalucía quiere tener futuro como sociedad necesita librarse de esa casta política que la está llevando al galope hasta el fracaso y la pobreza.
Si el escándalo de los EREs afectaba de lleno a los ex presidentes Chaves y Griñán, el de los fondos para el desempleo es un escándalo que toca de lleno a Susana Díaz, la nueva presidenta, un personaje que pierde prestigio y se deteriora a pasos agigantados al incumplir su solemne promesa de emplear mano dura e intolerancia frente a la corrupción.
En Inglaterra, hace unos días, tuvo que dimitir una ministra por haber usado indebidamente 7.000 euros de sus asignaciones parlamentarias. En Andalucía los dos grandes escándalos superan ampliamente los 3.000 millones robados o malversados y todavía los políticos gobernantes no han pedido perdón a los ciudadanos.
Si alguien en España sigue pensando que, después de los escándalos andaluces y otros que envuelven a la derecha, a IU y a los partidos nacionalistas, existe una democracia, es que es tonto o tiene el cerebro castrado. Lo que tenemos en España es una coprocracia de pleno derecho y vigencia, con gobiernos de la peor estofa.
El drama andaluz se convierte en tragedia angustiosa porque ni siquiera cabe mirar hacia la oposición como alternativa. La derecha andaluza es tan débil, pobre de ideas, incapaz de ilusionar y cómplice de los grandes dramas de la derecha española que votarla para que sustituya al podrido socialismo parece otro error.
Sólo cabe en Andalucía un plante ciudadano rebelde que consiga expulsar del poder a los corruptos y consiga designar gobiernos de ciudadanos decentes, con preparación ética y profesional, que conciban la política como un servicio y no como una oportunidad para saquear.