El animal emblemático que utilizan las campañas de conscienciación sobre el calentamiento global es el oso polar. Es un animal simbólico: los osos nos son muy próximos en el imaginario, es un mamífero terrestre omnivoro como nosotros y del cuál hacemos muñecos que nos inspiran ternura.
Pero el drama del oso polar con la pérdida del hielo marino ártico, sobretodo en verano en el que ha de pasar largas temporadas de hambruna hasta que se vuelve a formar el hielo ártico por el que ir a cazar focas, no es un drama aislado, de una única especie, al estilo del drama del Lince Ibérico o el Oso Panda. El drama es de todo un ecosistema. En este vídeo del Deinal Crock of the Week se puede ver que el drama del ártico es el drama de la pérdida o minimización de todo un ecosistema que ponen en peligro toda una cadena trófica y no sólo a una única especie.