El árbitro del partido, Francisco Pancho Lamolina, decidió que el primer tiempo se jugara con la pelota naranja por la gran cantidad de papelitos que tiró la hinchada de Boca sobre el campo de juego. La aparición de la Tango naranja fue un hecho histórico, dado que nunca se había jugado con un balón de ese color en un superclásico.
En el primer tiempo, el volante Roque Alfaro mandó un centro preciso para la cabeza de Alonso, el cual saltó más que todos y definió al primer palo de Hugo El Loco Gatti. El segundo tiempo se jugó con la pelota normal y el ídolo millonario volvió a marcar. Con esos dos gritos, River dio la vuelta olímpica en la cancha de su eterno rival.
por Gastón Corti