¿Cómo es posible que tanta gente crea en teorías carentes de fundamento y de pruebas? El director de la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco, Juan Ignacio Pérez, entiende que la respuesta está en la condición psicológica humana: "Nuestra mente no ha evolucionado bajo la necesidad de procesar información sobre el funcionamiento de complejas sociedades industriales. Lo ha hecho bajo las presiones de entornos que ahora consideramos salvajes, en los que el alimento, los depredadores y la búsqueda de pareja reproductora eran los elementos que decidían las posibilidades de sobrevivir con éxito". Por esto somos tan propensos a creer en factores ocultos, a aceptar y abonar relatos fantasiosos si creemos que dan sentido a lo que sucede.FUENTE: Luis Mauri, "La conspiración de Catalunya", El periódico de Catalunya, 24 de agosto de 2019 (texto completo en este enlace).