La persistencia del paganismo medieval

Por Selva Del Olvido

Aunque tradicionalmente se presenta la sociedad del Occidente Medieval como plenamente cristiana a partir de la Plena Edad Media dicha idea es totalmente falsa. En efecto, la continuidad de elementos propios del paganismo clásico durante la Alta Edad Media es más que evidente. Frente a esta situación vemos como aunque las ciudades, que han iniciado su decadencia, han sido convertidas en gran medida el campo persiste en sus cultos tradicionales.
Con el paso del tiempo la aparición de las órdenes monásticas va a suponer un paso decisivo en el avance del cristianismo en tierras rurales. Sin embargo, la religiosidad de estas zonas va a presentar características muy diferenciadas a las doctrinas de la religión oficial defendida por la Iglesia. Vemos, de esta manera, como las tradicionales creencias paganas de muchos pueblos son cubiertas con una ligera capa de doctrinarismo cristiano. Pero el triunfo de la religión católica se afianza a lo largo de este largo período de la historia occidental precisamente por esto: por la capacidad de asimilar elementos de otras religiones y presentarlos como algo propio (sincretismo).
A lo largo de varios artículos hemos mostrado como el calendario de fiestas romano se adaptó para hacer coincidir las nuevas fiestas cristianas con éstas. De la misma manera en los antiguos templos paganos se erigieron iglesias. Incluso, en muchas ocasiones ,centros importantes de culto para algunas de estas religiones e, incluso, movimientos heréticos se convierten en lugares de peregrinaje. De esta manera algunos especialistas llegaron a defender que el Camino de Santiago se asentaba sobre la antigua ruta de peregrinación que habían establecido los seguidores del priscilianismo hacia la tumba del fundador de este movimiento. Por otra parte, algunas célebres personalidades paganas fueron presentadas como santos o mártires cristianos pese a que no habían tenido vinculación alguna con esta religión (el caso de santa María la Egipciaca es muy conocido). El proceso triunfa rápidamente, y el cristianismo se expande, pero los reductos del paganismo, pese a las constantes empresas evangelizadoras se mantienen.
La aparición del Santo Oficio supone, ya en plena Edad Media, el siguiente paso. Vemos como ahora la Inquisición va a realizar numerosos procesos contra prácticas de brujería y supuestos cultos satánicos en la campiña europea, detrás de los cuales se encuentran, en numerosas ocasiones, creencias que se habían mantenido en estas poblaciones a través de los siglos. Creencias que, aún, se van a mantener en muchas regiones hasta etapas bien tardías.