Una relación fluye en base a la buena comunicación, confianza y ciertas libertades. En ciertos casos se rebasan los límites del espacio de los demás y aparece la figura de la persona controladora.
¿Quién es una persona controladora?
Son quienes mantienen un control excesivo sobre la otra persona o grupo y dan las pautas sobre lo que debe hacer, cómo, cuando y dónde.
La persona controladora por lo general es egocéntrica, porque solo está pensando en sus necesidades y la manera de imponer su voluntad en prácticamente todo lo que se hace.
Llevar una relación de amistad o pareja con una persona controladora resulta muy difícil para la mayoría de personas, aunque se da el caso de que algunos les gusta sentirse completamente sometidos, tal y como ocurre con el masoquismo, que se vuelve un deleite del control que otra persona ejerce sobre ellos/as.
¿Cómo tratar con una persona controladora?
- Defender el espacio individual desde un inicio:
En cualquier relación es imperativo, dar y recibir, ese es el sentido de la organización social. Aunque se sepa que a veces hay que ser tolerante, también hay que defender el espacio individual, si algo realmente resulta molesto y se va dejando pasar, se cede un poco del terreno individual que la otra persona toma y ahí es el comienzo del dominio. Quien desde el inicio cuida sus límites, está evitando problemas a futuro.
- Dialogar sobre las cosas que molestan:
Existen muchas formas de control, con el exceso de llamadas telefónicas o envío de mensajes, invasión de la privacidad como el correo o asuntos del trabajo, imposición en las compras, etc. Si algo resulta molesto, no hay que cambiar de tema, sino que abordarlo y expresar claramente las cosas que incomodan y llegar a un acuerdo. Si el problema tiene muchos años, siempre es posible un cambio, por supuesto que tomará bastante tiempo.
- La indiferencia funciona en muchos casos:
La persona controladora siempre desea llamar la atención y a veces puede buscar las discusiones. Es inapropiado caer en el juego de la persona controladora, la indiferencia puede funcionar, cuando la persona que controla note que sus palabras ya no tienen efecto, tendrá que replantearse su conducta.
- Usar la astucia para salir del punto de control:
Se puede ir cambiando la voluntad de la persona controladora usando la astucia para hacer nuevas actividades previamente planificadas y así comenzar a equilibrar una relación.
- Demostrar sutilmente que usando el control se pierde:
Por ejemplo si se observa que la conducta controladora aparece, en ese momento se les puede dar más importancia a otras personas como los amigos/as u otros grupos. La idea de esta estrategia no es buscar una lucha frontal, sino que la persona controladora reflexione que cuando se busca la imposición, las cosas salen mal.
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Edilberto Azcona
Experto en técnicas para el mejoramiento de las relaciones humanas, el arte de enamorar, autoestima y los factores que condicionan el éxito en relaciones interpersonales de cualquier tipo.Latest posts by Edilberto Azcona (see all)
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