"La Perspectiva Científica" (The Scientific Outlook -Leer aquí-) es un libro del conocido filósofo Bertrand Russell publicado en 1931. Junto a "La Última Guerra", de H.G.Wells, sirvió de base para la novela de Aldous Huxley "Un Mundo Feliz". Russell, a diferencia de Wells, prácticamente no se esfuerza en enmascarar sus ideas con propaganda ni se preocupa por etiquetar su libro bajo el término "ciencia ficción" como Huxley: le basta con escribir a modo de advertencia, como si todo lo que dice no tuviera nada que ver con él. Como miembro de la poderosa familia Russell (partícipe de las Guerras del Opio, fundadora del Orden Skull&Bones y de la WatchTower, entre otras cosas), integrante de la élite que controla el mundo, expone abiertamente la clase de tiranía científica mundial hacia la que nos dirigimos y que, de hecho, ya está en pleno funcionamiento. Esta claridad con la que habla Russell confiere a "La Perspectiva Científica" mayor relevancia que obras como "La Conspiración Abierta" o "El Nuevo Orden Mundial" de H.G. Wells.
El libro está estructurado en tres partes: la primera, "El conocimiento científico", comienza con una rápida revisión de la breve historia de la ciencia, que como tal, tiene sus inicios con Galileo Galilei. Con ella nos introduce al método científico, para posteriormente hablarnos de sus limitaciones. Tras interesantes apartados de metafísica científica, que lleva a cuestionarnos todo lo que nos rodea, pasa, como era de suponer, a exponer toda una serie de disertaciones sobre ciencia y religión. A continuación viene la segunda parte, "La técnica científica", centrada en la ciencia práctica, en la ciencia como poder manipulador: la ciencia y la naturaleza inanimada, la ciencia y la biología, la ciencia y la fisiología, la ciencia y la psicología, la ciencia y la sociedad.... Nos ilustra toda la ventana de oportunidades que nos brinda la técnica científica en cada una de las materias, ya sea en el aumento de la producción agrícola, en el exterminio de plagas, en el control del clima o en el control del comportamiento del individuo. Y Finalmente llegamos a donde Russell pretende conducirnos y a lo que a nosotros verdaderamente nos interesa: el uso de la ciencia para construir desde cero sociedades artificiales en las que todos sus aspectos y componentes hayan sido bien planeados y diseñados. Estas sociedades en las que según él mismo dice se ha estado experimentando a lo largo de los años, como la URSS o el Japón - y añado yo; en Occidente -, deben llevarnos en última instancia, tras el futuro cataclismo de la Segunda Guerra Mundial (Como no podía ser de otra forma, Russell, al igual que Wells o Huxley, también está dotado del don de la profecía: ya da por hecho que una Segunda Guerra Mundial tendrá lugar e incluso determina quién saldrá como gran ganador), a un Estado Mundial Democrático científicamente organizado. El plan es el siguiente: acabada la guerra EE.UU cobrará el papel predominante como reconstructor de la civilización (y así ocurrió con el Plan Marshall) y tras tomar el control del mundo dirigirá el proceso hacia el establecimiento de la plutocracia mundial. [Atención: toda esta parte descaradamente "profética" está cuidadosamente censurada y modificada en la publicación de 1.954 disponible en Archive.org. Afortunadamente, el texto original puede leerse en esta versión en español incompleta de 1.988]. La plutocracia mundial (gobernadores, políticos), que podrá ir siendo substituida si hace falta mediante revoluciones, una vez el Estado Mundial esté bien establecido, relegará su poder poco a poco a comités científicos que se encargarán de la administración del planeta. La tiranía quedará enmascarada bajo la ilusión de la democracia real, en la que las masas creen tener voluntad de decisión propia. Y el método principal para dirigir tal sociedad será, inevitablemente, la propaganda.
"La característica esencial de la técnica científica es el uso de las fuerzas naturales de modos no evidentes para el totalmente desinstruido. Un cierto aparato de deseos es presupuesto: los hombres quieren comer, procrear, vestirse, tener casa, divertirse y gloria. Hombres no instruidos advierten estas cosas solo parcialmente; hombres equipados científicamente pueden obtener mucho más de ellas." - Capítulo VI, La Perspectiva Científica.
Nos describe la sociedad del futuro tal y como la ve él, mostrando una visión extremadamente similar a "Un Mundo Feliz":
Una sociedad sin intereses privados con la pseudociencia como bandera donde la única religión existente será el amor por el Estado Mundial; masas "estúpidas y frívolas" con pocas horas de trabajo y perpetuo entretenimiento, fútbol u otros deportes masivos más futuristas y violentos como batallas áereas simuladas y drogas para evadirse de los problemas cuando haga falta. Abolición del amor y promoción de las relaciones sexuales esporádicas. Organización del sistema económico a nivel mundial. Una distribución científica eficiente y eficaz tanto de los recursos mundiales como de la producción de bienes, así como un control absoluto de la demografía: esterilizaciones masivas y hasta infanticidios si es necesario para tener que evitar los actuales métodos de guerras, enfermedades y hambrunas para eliminar el exceso de población (Importante: vea "Ecoscience", el libro del actual asesor de Obama en materia de ciencia y tecnología). Selección a dedo de las personas que podrán tener hijos, quizá mediante métodos de concepción artificial, condicionamiento pre-natal de los individuos, crianza a cargo del Estado desde el nacimiento y distribución de la sociedad por castas: negros en las tareas pesadas, blancos altos y fuertes en la clase gobernante. División a largo plazo de la sociedad en subespecies, resultado de la aplicación de la eugenesia. Dos tipos de educación: una educación espartana y sin sentimientos para la clase gobernante y la educación acual para el resto (es decir, un mínimo de conocimientos para que sepan leer los periódicos, trabajar u operar un móvil). Proclamación de una lengua mundial, ya sea el esperanto o el inglés simplificado. Erradicación del hambre, la pobreza y las enfermedades y producción artificial vía química de cualquier producto, incluida la comida. Eliminación de todo componente trágico en la vida humana y aplicación de métodos para hacer sentir a la gente feliz. Acceso a la literatura restringido únicamente a historiadores con permiso. Subordinación del individuo a la sociedad y anteposición de cualquier libertad individual a la causa colectivisa, incluida la vida misma. Derivado del mismo principio, anteposición de la ciencia ante cualquier libertad individual, pudiéndose llevar a cabo todo tipo de experimentos con humanos, como los que según afirma Russell iban a realizarse, probablemente en la URSS, con embriones. Eliminación física de todo sujeto con un mínimo de inteligencia que haya sido capaz de entender donde vive y no quiera someterse al Estado Mundial. Vigilancia perpetua y absoluta tanto de las masas (en la actualidad esto se lleva a cabo mediante la aplicación de filtros) como de la clase dirigente. Finalmente, seguramente a modo de aviso para la propia élite -y esperemos que así sea-, Russell relata la posibilidad del florecimiento y la permisibilidad a largo plazo de las perversiones humanas más oscuras y aberrantes, como torturas y sadismo, que podría darse en el futuro Estado Mundial si la élite acaba embriagándose de poder y pierde la noción de las cosas.
"La raza humana sólo puede desarrollarse en el sentido de un Estado Mundial organizado , a no ser que abandone la técnica científica, lo que no ocurrirá, excepto como resultado de un cataclismo tan serio, que rebaje todo el nivel de la civilización." - Capítulo XII, La Perspectiva Científica.
Como podemos comprobar hoy en día, los pocos, casi inexistentes, capaces de ver el delirio general al que han sido imbuidas las masas, dicha sociedad no es una ilustración imaginaria a modo de advertencia, es el programa político en el que tanto Russell como Huxley como Wells estuvieron trabajando. Si bien algunas de las cosas propuestas por Russell han podido quedar desfasadas con el tiempo debido en parte al avance de la técnica científica, es muy sugestivo en cuanto a la clase de desmanes que están por venir. Aunque, a pesar de lo tétrico que pinta el panorama, no será peor que el mundo actual.
"La manipulación y la explotación son las pasiones del industrial científico típico. El hombre corriente puede no compartir esta rigurosa concentración, pero por esa misma razón fracasa en conseguir arraigo en las fuentes del poder y deja el gobierno práctico del mundo a los fanáticos del mecanismo. El poder de producir cambios en el mundo, que es inherente a los directores de grandes negocios en los tiempos actuales, excede con mucho el poder que poseyeron nunca individuos de otras épocas. No podrán ordenar cortes de cabezas como Nerón o Gengis Kan, pero pueden decretar quién debe morir o quién debe hacerse rico, pueden alterar el curso de los ríos y disponer de la caída de los gobiernos. Toda la historia demuestra que el gran poder embriaga. Afortunadamente, los modernos poseedores del poder no se han percatado bien de lo mucho que podrían hacer si se decidiesen. Pero cuando este conocimiento comience a iluminarles, cabe esperar una nueva era de la tiranía humana." - Capítulo VII, La Perspectiva Científica.
Calbert
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