Por Dorothy
En una clase de “Cine Hispano” que tomé durante el semestre anterior, el profesor nos pidió discutir la importancia de la perspectiva del personaje en dos de las películas que vimos. Decidí comentar sobre “El Espíritu de la Colmena” del director Víctor Erice y “Muerte de un Ciclista” (1955), dirigida por Juan Antonio Bardem.
En “El Espíritu de la Colmena” (Erice, 1977), la perspectiva de Ana da vida a la película ya que vemos gran parte de la historia a través de sus ojos e imaginación de niña y es casi como si estuviéramos escuchando un cuento infantil. Ana nos comienza a contar su cuento con sus impresiones de Frankestein. Mientras la mayoría de adultos vemos a esa criatura como un monstruo, para Ana es objeto de fascinación. Es un ser mágico al que espera conocer con gran emoción. Luego nos lleva a uno de sus rincones encantados, una casa abandonada con un pozo que parece esconder un misterio fantástico. La primera vez que vemos la casa, mientras Ana y su hermana juegan, escuchamos de fondo una canción infantil clásica, Vamos a contar mentiras. Parece muy apropiada ya que gran parte del mundo de los niños es una fantasía nacida de su imaginación y curiosidad.
Más adelante pareciera que el pozo le cumple el deseo a la niña y le regala su propio Frankestein, el cual es el fugitivo que aparece en el pueblo. Para Ana es un gran tesoro al cual cuida con mucha dedicación y amor. Luego de que matan a su Frankestein y ella regresa a la casa abandonada escuchamos la misma canción infantil pero ahora con una melodía lenta y triste. Para mí, ese detalle representa la muerte de la inocencia e imaginación infantil, que es lo que yo creo que el director de la película nos quiere transmitir. Al recrear la escena de Frankestein y la niña junto al lago, Ana se despide de sus juegos y fantasías. Ahora comienza a ver la cruel realidad del mundo desolado y violento que la rodea. Un mundo donde ser niño puede ser muy solitario.
Más adelante, en la discusión entre Juan y el pianista, este último saca a relucir la hipocresía en la que viven todos los que asisten a las fiestas que él entretiene. Todos esconden sus culpas por vivir a costa de la clase obrera del país, divirtiéndose y emborrachándose para tapar el fondo. Pero la interacción más importante se da entre Juan y su estudiante, ya que es luego de esto que el personaje adquiere conciencia social. Él es injusto con la joven y como consecuencia, Matilde y sus compañeros se rebelan. Con este hecho, Bardem estaba haciendo una representación de algo que ya estaba sucediendo en el país, esto es: “los primeros conatos de rebelión estudiantil” (Valero, 2009). Los jóvenes en España se estaban dando cuenta de lo que pasaba y al contrario de la gente mayor, no estaban dispuestos a callar.
En mi opinión, el personaje de Juan representa a la sociedad española.Encontré un artículo sobre el cine de Bardem en el cual el autor tiene una idea similar ya que escribe: “Juan es el propio nombre del director, pero al mismo tiempo es un nombre que representa al del español medio sin connotar ningún rasgo caracterizador adicional. El individuo parece perder su identidad al convertirse en representación de un ser colectivo” (Pérez). Estoy de acuerdo con Pérez y pienso que Juan representa al colectivo español, ciego y sordo a las injusticias sociales. Bardem se valió de este personaje para revelar la corrupción y la hipocresía reinantes en el país. Quizás quería hacer sentir avergonzados a los españoles; que al igual que Juan, adquirieran conciencia social y sintieran que era momento de luchar por el cambio.
Referencias
Cerón, J. F. (1999). Las paradojas de la censura: “Muerte de un ciclista” (1955) de Juan Antonio Bardem. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01159852219030431870035/index.htm
Pérez, J.P. La construcción narrativa del personaje en el cine de Bardem. http://fama2.us.es/fco/frame/new_portal/textos/bARDEM/perezrufi.pdf
Valero, T. (2009). Muerte de un Ciclista. CineHistoria. http://www.cinehistoria.com/muerte_de_un_ciclista.pdf