Si tienes hijos en edad escolar este post te interesa, porque quiero hablar del azote de las madres, de la pesadilla que muchas temen: los piojos. No te rías no, porque si te ríes es que tus churumbeles nunca los han tenido. ¿Te rascas? Buena señal, ¡hay que temerles! Porque solo así podremos proteger las lindas cabecitas de nuestros hijos.
Yo pequé de ingenua y de confiada. Sí, yo que lo quiero controlar todo, pequé y lo pagué, vaya si lo pagué. En 7 años de vida, 4 de ellos escolarizados jamás de lo jamases tuvo Rayo piojos. Y como ni mi hermana ni yo los tuvimos de niñas, me creí ese cuento de que hay cabecitas que no atraen a los piojos. Esto como los mosquistos, que a unos pican y otros no. ¡Pues no! No os creáis esas viles mentiras.
Ahí me las daba yo de chulita por el parque, compadeciendo a fulana y mengana por el nido en que las cabezas de sus hijas se habían convertido. Y una mañana de primavera el niño se levanto cual perro pulgoso, venga a rascarse. Como tantas otras veces hice el ademán de mirarle, rascarle un poquito y que se quedara tranquilo. Y en una de esas rascadas maternas llenas de amor, ¡zas! un piojo, no, ¡¡dos!! se cayeron de la que yo creía impoluta cabellera de mi niño. Yo, que he soportado carros y carretas, que he curado a este niño puntos de sutura que más parecían zurcidos de calcetín, que no soy impresionable, casi me caigo de culo cuando vi aquellos piojos -que parecían mosquitos de grandes que eran- saltando del pelo de mi chico.
Reíros, reíros, pero os prometo que por unos instantes me quedé paralizada. "¿¿Y ahora qué hago??", el niño se empezó a asustar, yo creo que me debí quedar pálida. Menos mal que ese kit de supervivencia que las madres llevamos grabado a sangre y fuego en nuestros genes hizo acto de presencia. Rápidamente recordé que me habían enviado un champú antipiojos (bendiciones de ser madre bloguera), lo busqué, leí las instrucciones y le embardurné a Rayo la cabeza con el potingue. Después de esperar los minutos indicados que se me hicieron eternos a la ducha lendrera en mano. ¡Menos mal que el champú la incluía!
Puedo prometer y prometo que si no saqué de la cabeza de mi niño decenas y decena y decenas de piojos grandes, negros y asquerosos, no saqué ninguno. ¡¡Pero cómo pudo suceder aquello!! ¿¿Cómo se le pudo llenar la cabeza de piojos sin darnos cuenta?? (confieso que según escribo esto la cabeza me pica cosa mala, siento si te está pasando lo mismo).
Por esta experiencia y porque parece que muchos colegios están sufriendo el azote de estos insectos tan sociables, os doy algunas recomendaciones que espero os sirvan.
Hayan tenido tus niños piojos o no te recomiendo que no te falte en casa lo siguiente:
- Lendrera. - Champú antipiojos a usar sólo en caso de detectar piojo o liendre.
Cosas que pueden ser de utilidad aunque es más cuestión de fe:
- Aceite de árbol de té. Esto es como todo, unos dicen que les funciona y a otros no. ¿Funciona y previene los piojos? Según mi amiga Boticaria García el aceite de árbol de té no sirve para matar a los piojos. ¿Sirve para repelerlos? Hay opiniones para todos los gustos. Os diré que yo jamás usé ni esto ni nada y en sus 7 años una sóla vez tuvo piojos.
- Vinagre. De toda la vida -ya mi madre me embadurnaba bien la cabeza después del baño- nos han echado vinagre para prevenir que el piojo se hiciera un chalet adosado en nuestra melena. Realmente el vinagre no previene, no espanta y no repele. Eso sí, es buenísimo para despegar la liendre y encima te deja un brillo en el pelo estupendo. Ahora además tenemos en los supermercados unos vinagres con aroma de frambuesa que huelen genial, por si no os gusta el olor a ensalada convencional ;)
- Suavizante o acondicionador por kilos. Hay un truco que es embadurnar la cabeza del niñ@ de suavizante, pero bien bien embadurnada, y en el baño con la lendrera ir peinando una y otra vez la cabeza. Aclarar y secar. Te puedo garantizar suavidad por doquier y creo que unas cuantas liendres menos en el caso de que las hubiera. Pero no es un método científico, así que como lo anterior a gusto del consumidor.
Después de exterminar las decenas y decenas de piojos de la cabeza de mi niño tuvimos que estar pasando lendrera un par de semanas largas hasta que nos aseguramos que no quedaba rastro de vida en sus cabellos.
¿Qué he aprendido de esta experiencia?
- La lendrera es nuestra mejor amiga, y mejor pasarla una vez en semana como mínimo. Si sabes de amiguitos o compañeros que hayan tenido piojos o en el cole pasan la típica circular informativa, que sean dos las veces que la lendrera peina el cabello de tu churumbel.
- Hay que tener siempre en casa un bote de champú antipiojos. Te recomiendo leer este post de Boticaria García para saber qué producto aplicar: Cómo matar piojos.
- Si no hay piojo no usar el champú antipiojos pues podemos crear resistencia del bicho. Por mucho que le lavemos al niño la cabeza con estos productos no evitaremos que se contagie.
- Usar repelentes de piojos sólo en casos de extrema necesidad. Para cualquier duda consulta con tu farmacéutico. Si no hay extrema necesidad, el mejor repelente serán tus manitas. Mucha lendrera y si ves algo eliminarlo al modo tradicional: aplastando con las uñas.
- Mi peluquera me recomendó tener un spray con vinagre de vino (el de las ensaladas de toda la vida) y pulverizar al niño por las mañanas antes de ir al cole. Ojo, pulverizar no atufar. Echarle lo que viene a ser un fus fus, nada más. Alguna mañana lo he hecho. En cuanto el vinagre se seca no huele. ¿Es efectivo? No lo sé, el niño no ha tenido piojos este curso, pero tampoco los tuvo años anteriores. En cualquier caso, es un remedio casero, barato e inocuo.
- El aceite de árbol de té está muy extendido entre las madres allegadas. Algunas lo incorporan al champú, otras ponen una gotita detrás de la oreja a sus niños. Esto según más te guste. Yo lo he incorporado alguna vez al champú de Rayo, y la verdad el pelo le brilla mucho. De piojos no tenemos ni rastro aún. Pero no soy constante, lo hago de cuando en cuando.
- Si tu niño tiene piojos te toca tomar algunas medidas fundamentales pues sino los riesgos de que el bicho no quiera abandonar vuestro hogar aumentan: Lavar toda la ropa de cama, ropa en general y peluches a 60º. Pásate tú la lendrera y no te fíes. Después de quitar toda aquella inmundicia a Rayo yo me encontré uno en mi larga cabellera. Casi muero del susto.
Y por favor, si tu niño tiene piojos, ¡¡no le lleves al colegio hasta haberlos exterminado!! Es una medida de higiene básica que no siempre se cumple y por este motivo vienen los contagios masivos.
Si después de haber leído este post te pica mucho la cabeza, corre por tu lendrera y declárale amor eterno, o al menos hasta que los niños acaben el colegio.