Este restaurante abrió sus puertas el año pasado y pertenece a los mismo dueños de La Mucca (al que le dedicaremos un post más adelante), local que suele estar llenísimo porque ofrecen buen ambiente y calidad a precios razonables.
Una caña después, nos llevaron a nuestra mesa, que estaba ubicada en una pequeña terraza interna en la que sólo habían 4 mesas. Comenzamos con una botella de Pétalos del Bierzo, un vino con una calidad-precio estupenda. Y eso es una de las cosas que más me gusta de este restaurante y de su hermano La Mucca, cuentan con una carta de vinos muy bien pensada, ya que son vinos ingeniosos, de muy buena calidad y que les aseguro que no asustarán su bolsillo.
Una vez seleccionado el vino comenzamos a probar algunos de los platos que muy gratamente nos recomendó el camarero.
Empezamos con unas croquetas de queso Cabrales y nueces que estaban deliciosas, crujientes por fuera y cremosas por dentro. ¡Como deber estar una croqueta!
croquetas cabrales y nueces
Luego seguimos con unos buñuelos de bacalao, que al igual que las croquetas, estaban en su punto y nada grasosas.
buñuelos de bacalao
Después degustamos unos chipirones con cebolla caramelizada y para terminar unos tacos de rabo de toro. Cual de los dos platos más buenos, aunque si tuviera que elegir, me quedaba con los chipirones.
chipirones con cebolla
tacos de rabo de toro
Nosotras no comimos postres, pero los dulceros no se deben preocupar. Su carta ofrece varios, entre los que destacan la tarta de zanahoria, la de chocolate, y si te queda vino en la botella opta por una tabla de quesos.
En fin, un lugar para tener en cuenta. Ideal para ir con amigos o en pareja a compartir de rica comida y buen vino en un sitio agradable; y lo mejor, sin arruinarte. ¿A qué suena a plan?
Precio medio: Entre los 25 a 30 euros por persona.