¿Qué era esa extraña criatura en apariencia grande? ¿Sería uno de los trolls de los que hablaba Tolkien en su novela El Hobbit, convertido en piedra al amanecer?
Nada más lejos de la realidad.
El piure (Pyura chilensis) o patata de mar es un animal marino tunicado (cordado e invertebrado) de la clase de las ascidias que se encuentra adherida a las rocas en zonas costeras de Chile y Perú. Se alimenta filtrando el agua del mar por su faringe perforada y atrapando los microorganismos y el vanadio (aún no se sabe por qué) que estén presentes. Se reproduce de forma curiosa: nace macho y al llegar a la pubertad se transforma en hermafrodita, esparciendo nubes de esperma y óvulos en el agua y pudiendo llegar incluso a la autofertilización.
Son comestibles y se emplean en la cocina chilena de forma cruda o cocinada, cortados y sin el sifón, que se descarta. Se encajan coloquialmente dentro de la categoría de los mariscos y pueden comerse solas, en ensaladas o en arroces, cortando su carne en tiras. Actualmente, la carne de piure llega a exportarse enlatada a países como Suecia y Japón.
Composición nutricional del piure por cada 100g.
Debido a que puede llegar a acumular altas concentraciones de vanadio, un metal pesado potencialmente desencadenante de toxicidad a dosis elevadas en los humanos y cuyos síntomas varían desde irritación de las mucosas si entra en contacto por vía tópica hasta problemas respiratorios si es inhalado, además de dolores de cabeza, daño renal y temblores. Este elemento se encuentra en la sangre del piure (hasta 1,9 mg/kg en plasma seco), por lo que se recomienda no abusar de su consumo, ya que una dosis mayor a 1,8 mg de vanadio al día puede causar además hepatotoxicidad.