La piel doradaCarla MonteroISBN: 9788401343049Formato: Tapa dura– 400 Pág.Editorial: Plaza & Janés
.En 1904 tienen lugar en Viena una serie de asesinatos que conmocionan a la inestable sociedad del imperio. Todas las víctimas son modelos de artistas, mujeres jóvenes y hermosas, de dudosa reputación, que pertenecen a La maison des manequins, una organización creada por la amante y musa de uno de los pintores más afamados de la ciudad: la bella y enigmática Inés. De la noche a la mañana, Inés se convertirá en la principal sospechosa de los asesinatos. Pero no es la única. El detective Karl Sehlackman se adentrará en la vida de lujo y arte de la Viena de Fin-de- Siècle y en los bajos fondos de un imperio decadente con la intención de desentrañar el caso más difícil de su carrera policial.
Carla Montero es una autora muy conocía hoy en día, que llena las mesas de novedades. Pero esto es algo relativamente reciente, ya que no publicó su primera novela hasta 2009 (hace solo 5 años) cuando ganó el premio Círculo de lectores. El año pasado sacaba La tabla esmeralda, una novela que no llegué a leer en su momento, pero si tenía apuntada. Así que esta nueva novela, con un corte negro bastante marcado, fue una candidata ideal a colarse entre mis lecturas de este verano, que intentaba tener estructuradas.
A pesar de no tener expectativas claras (ni para bien ni para mal) me vi obligada a leer esta novela en dos partes, haciendo una parada por el medio para una lectura conjunta que tenía ya programada. Y quizás esta fragmentación me ha permitido analizar la novela de otra manera que si la hubiera leído del tirón no habría podido.
Para ubicaros, y tal como os conté cuando empecé a leerla, comienza con un prologo narrado en primera persona por el personaje de Karl. Karl es inspector de policía en Viena, y nos habla desde un momento posterior a la historia central. Por tanto, ya sabemos que habrá dos líneas temporales separadas por algunos meses, y también sabremos parte de lo que irás a suceder: los asesinatos, los sospechosos,…
Esto, a riesgo de parecer que le quita encanto a la evolución de la novela, le añade por otro lado cierto encanto. La sensación que produce es como si nos obligara a mirar en dos direcciones diferentes. Por un lado, hacia delante buscando la resolución del caso por parte de Karl; y por otro, hacia detrás, viendo como espectador lo ocurrido en aquellas fechas. Un ejercicio que personalmente tardé en coger, y que me obligó a dar la vuelta varias veces en busca de fechas. Claro que esto fue durante mi bloqueo del mes pasado, y no fue hasta que lo retomé que me di cuenta que los capítulos van alternos.
Así que vamos alternando los dos hilos argumentales, la investigación y las relaciones. Porque a pesar de que tiene un componente muy claro de novela negra, también tiene otro de drama. Por supuesto, puedo recurrir al termino fácil y llamarlo romántica… pero creo que va un poco mas allá. Porque además de Karl (del que hablaré luego), tenemos a Hugo que es un príncipe heredero hundido por una tragedia personal que nunca llegó a superar. E Inés, esa mujer misteriosa, decidida y adelantada a su época, que esconde un toque oscuro que no descubriremos casi hasta el final. Del resto de secundarios, se encuentran en un equilibro perfecto en el que no faltan datos, pero tampoco proporciona un exceso de ellos para no darnos la falsa sensación de que son más importantes que los propios protagonistas.
Ellos dos me parecen genialmente definidos, caracterizados perfectamente en una época y un ambiente muy trabajado. Porque no solo de personajes vive la novela, sino también de un periodo histórico conocido por sus cambios: el contraste entre lo tradicional y la modernidad, donde conviven dos mundos muy distintos que en un futuro se unirán, pero que por el momento se encuentran tan separados como el agua y el aceite.
Es cierto que la primera parte es un poco más lenta, dándonos tiempo para que conozcamos a los personajes y nos hagamos a la situación. No ocurre demasiado, y no es hasta el segundo cadáver cuando notamos un incremento en el ritmo que nos va absorbiendo poco a poco hasta que estamos irremediablemente enganchados. No solo a lo que le sucede a Hugo, a Inés y a Karl, sino también a los ambientes nobles y ostentosos, el mundo del arte y los sórdidos bajos fondos.
Es curioso que en lo que se refiere a la parte más negra, se vea limitada por un personaje que dice de sí mismo que nunca fue un buen policía. Y que además está emocionalmente vinculado a toda la historia. De hecho, su investigación se llega con una dejadez que hasta sorprende que llegue a buen puerto. Porque Karl se caracteriza por su apatía y por parecer totalmente desubicado, como si no hubiera encontrado su lugar en el mundo. Siempre rodeado de nobles y burgueses, pero sin pertenecer realmente a ellos.
Sin embargo llega, porque según avanza la vena más curiosa y profesional va saliendo a flote. Y en el camino también no solo se encuentra a sí mismo y evoluciona como personaje, sino que también culmina en una resolución totalmente sorprendente. Yo no suelo hacer este tipo de valoraciones, porque tras tantos años leyendo novelas de misterio suele hacérseme sencillo descubrir al asesino. Sin embargo, y aunque a posteriori resultara casi evidente, ha sido el propio ambiente de tensiones y miradas de reojo lo que me ha despistado. De hecho, no fue hasta el mismo final cuando reconocí que había fallado, porque mis sospechas eran muy claras hacia otra persona. Vale, tú ganas: mes has tenido totalmente engañada.
Al ser la primera novela que leo de esta autora me ha sorprendido gratamente la agilidad y sencillez. Suelo tener mis reticencias cuando las historias se centran en periodos donde destacan las clases sociales, donde solemos encontrar ambientes recargados y exceso de descripciones. Pero nada de eso. Los diálogos abundan, pero no omite los detalles pertinentes de los lugares y las personas, intercalándolos de modo que la lectura avanza a un ritmo fluido y con interés.
Sin duda me ha gustado esta novela que tiene tantos elementos interesantes: investigación, drama e incluso un poco de historia. Seguiré la pista de la autora, puede que con La tabla esmeralda, o con otra novela que saque en un futuro. Porque ha merecido la pena leerla y ha conseguido sorprenderme, que ya es mucho decir.