Tras leer La tabla esmeralda (reseña), no podía resistirme a conocer la nueva novela de Carla Montero, así que acepté encantada cuando me lo ofrecieron desde la editorial. Fue Mork el que lo leyó primero y resulta que no le gustó demasiado (su reseña), y supongo que, un tanto influenciada por él, a mí también me ha decepcionado un poco.
Lo he leído junto con otros blogueros gracias a que María organizó una lectura conjunta a principios de agosto.
La piel dorada es una novela que me cuesta resumir, porque no he terminado de ver qué era lo que realmente se nos quería enseñar aquí; parece que es una historia psicológica de personajes que no son lo que parecen, a la vez que hay una investigación policial por causa de unas mujeres asesinadas, pero la verdad es que falla en ambos puntos.
Estamos en Viena a principios del siglo XX y un joven aristócrata, Hugo, regresa de una larga estancia en América, donde tuvo que huir porque la opinión pública le creía culpable del asesinato de una joven. Pero nada más regresar, se cometen nuevos crímenes, con lo que su mejor amigo y comisario de la policía, Karl, no sabe qué pensar.
Mientras tanto, vamos conociendo a algunos personajes de la alta sociedad vienesa y a artistas, entre los que destaca Inés, la pareja de un pintor, una mujer al parecer perfecta y bellísima, pues la novela nos lo recuerda a cada instante y todos los personajes masculinos caen enamorados de ella uno tras otro. Aparte de Inés, que de tan perfecta ya resulta un poco repelente, los demás personajes no me han conseguido enganchar: los dos protagonistas están tan atormentados que agotan al lector tras las primeras páginas.
En fin, es una lectura fácil, pero al final, tras la resolución de los crímenes, no me ha quedado claro qué me querían contar con esta novela. ¿Que Inés es perfecta? ¿Que es la mujer más bella de Viena, y el mundo mundial? Parece ser que sí, que ese es el mensaje subliminal del libro, y qué queréis que os diga, yo esperaba algo más.