La piel que habito, otro lujo de Almodóvar

Publicado el 17 julio 2012 por Carmelo @carmelogt

Lujo escénico, lujo estético, lujo técnico y lujo de guión, a pesar de muchas tonterías que he leído por ahí. Eso es La piel que habito. Con la precisión del bisturí que usa Antonio Banderas Almodóvar nos crea el cuerpo perfecto de Elena Anaya bajo la supervisión de Marisa Paredes y la irrupción del hermano brasileño.
Es una película ante todo visual en la que Elena Anaya brilla como una estrella, aunque sea encerrada y secuestrada, y Antonio Banderas se luce como torturador-torturado.
Los diferentes flash backs que usa Pedro Almodóvar hacen que estemos entretenidos y atentos hasta el final.
Por supuesto, hay que ver La piel que habito. Y así nos damos cuenta de la evolución del cine del director manchego que es ya un director internacional y sin discusión, aunque muchos españoles se resistan a reconocerlo.
Ganadora del Premio Bafta y de cuatro Goyas, en ningún caso se puede decir que esta película sea grotesca, sino que es un auténtico homenaje a algunas obras de terror y suspense de serie B, entre otras cosas. Porque también mezcla otros géneros, como no podía ser menos en una historia enrevesada y difícil.
Pedro es valiente con La piel que habito. Y arriesga, sin importarle demasiado los palos que le puedan caer. Claro, él parte de la ventaja de ser alguien consagrado, pero también con la desventaja de ser Almodóvar, un director aclamado, cuyas creaciones se estudian en las Universidades, pero al que se exige muchísimo y del que se espera siempre una nueva vuelta de tuerca.
Y creo que él la da en La piel que habito.
Antonio Banderas demuestra que es un gran actor en un papel complicadísimo. A mi me convence. Le da una elegancia impagable al cirujano sicótico. Dicen algunos que está como ausente. Ni de coña. Al revés. Está presente en todo momento llevando el peso de la película y su actuación es magistral, tan magistral como la dirección de Pedro.
Yo busco en el cine quedar fascinado, sorprenderme. Y de nuevo Almodóvar vuelve a sorprenderme . No sé a vosotros