La piel que habito no es un thriller ni es un drama psicológico, al menos para mí lo que más destacan son cuatro diálogos magistrales del maestro, con réplicas de esas que luego repites una y otra vez y no paras de reír.
La piel que habito son dos horas de escenas perfectas, una tras otra, magistrales, cuidadas, perfectamente actuadas, excelentemente realizadas.