Si no fuera por la tranquilidad de las aguas en esa temporada, la propia fuerza del salto de agua precipitaría a los bañistas catarata abajo, encontrando una muerte segura.
Aún así, la impresión sabiendo que ese peligro no existe es bastante, y sino echale un ojo al siguiente vídeo, donde mozos y mozas, guiris y guiris, se juegan el pellejo.