Era en Mayo de este año cuando sentí los primeros esbozos de un nuevo movimiento de los estudiantes. Ya estaba en la retina la revuelta del 2007 con los "pingüinos", esa vez estaban sólos los secundarios, ahora en el 2011 la cosa se veía más confluente con universitarios, profesores, secundarios e incluso en algunas ocasiones los rectores de las universidades. La cosa iba en serio, de ahí en adelante nadie se pudo imaginar que ahora cuando estamos en diciembre el conflicto continúa y ha trascendido por muchos lugares. Han salido conceptos tales como que Chile tiene una de las educaciones más caras del mundo, lo vivo en carne propia ya que aún después de haber egresado hace diez años de la universidad aún sigo pagando el crédito que usé para estudiar. El problema es que para otros es una utopía que en Chile la educación pública sea gratis. Otros pensaban que si la calidad de los profesores era mala, mejor que hicieran clase ingenieros y abogados en las aulas secundarias. Pero mientras a los profesores se les siga tratando como parte del problema por parte de las autoridades, creo que es bien poco lo que se podría hacer para mejorar la educación. Como en muchos lugares a los profesores se les ha tratado como parias de la sociedad profesional y ahí se entiende porqué el conflicto realmente tiene para mucho tiempo. Pero que los que educan no han sido considerados dentro del mundo privilegiado se da de muchas formas, como lugares existen en el caso del Kurdistán iraní, la vida se ha ido moviendo entre la discriminación iraquí e iraní, por muchos años. En el proceso migratorio ahora desde Irán hacia Irak los profesores llevan en sus espaldas las pizarras con las que buscan alumnos que quieran aprender algo. En medio del sol y la sed cada maestro lleva como una cruz su propia condena por el destino, cargando en las pizarras el deseo de que la gente aprenda a leer, a contar, es decir que deje de ser atropellada por quienes saben un poco más. A un pueblo ignorante es como un ganado que se puede engordar y explotar facilmente. El problema es que la sociedad rural y los kurdos que migran por ahora tienen la urgencia de cruzar la frontera más que aprender lo que no hicieron por años. En ese universo es donde Said (Said Mohamadi) y Reboir (Bahman Ghobadi) dos profesores que alcanzaron a salvar sus pizarras de los bombardeos deciden separarse del grupo que anda .en la búsqueda de niños para educar en medio de los desérticos paisajes y del miedo al cielo. Said se encuentra con un grupo de ancianos que lo único que desean es cruzar la frontera, con enfermos y muy pocas mujeres, entre ellas Halale (Behnaz Jafar) hija de un anciano moribundo que lo único que desea es verla casada, no hay mucha dote así que Said decide casarse con ella en el trayecto. Mientras Reboir encuentra una banda de niños contrabandistas que han cruzado la frontera con cosas robadas, él decide seguirles para ver si alguno de ellos aprenda a leer y escribir. La ruta no es fácil, los ancianos caminan hacia la frontera en una marcha triste y dificil, los niños asustados por los caminos peligrosos por la topografía y las balas. Educar es un camino árido, complicado e incomprendido por muchos. No necesariamente por la ruralidad kurda, hemos visto que cada uno cree que su forma de educar es la correcta, nos ha tocado en Chile ver como la intolerancia hace que sigan los colegios tomados, los intereses personales y el egoismo ha sido capaz de intentar que el otro se desgaste, mientras como sociedad seguimos viendo como la injusticia y la pobreza en algún punto del planeta sigue siendo pisoteada por la ignorancia... ¿Cruzaremos la frontera? Saludos a todos Trailer 1.- Película en IMDB 2.- Comentarios en Filmaffinity 3.- Takhté Siah en Wikipedia 4.- Escena