La Plaza Real está ubicada en Barcelona muy cerca de La Rambla y el barrio Gótico de la ciudad. Es de forma trapezoidal y fue construida por el arquitecto Daniel Molina en el año 1848.
La creación de la plaza Real es consecuencia directa de la desamortización eclesiástica de Mendizábal en el año 1835. El convento de los Caputxins- Capuchinos, situado en este lugar desde el año 1718, fue derribado y como consecuencia se realizaron diversos proyectos, entre ellos un gran teatro o unas galerías vidriadas que habrían sido las primeras de Europa, anteriores a la Galería de Víctor Manuel II en Milán construida ente 1865 y 1877. Pero finalmente su destino fue la construcción de una plaza en el año 1848.
Es una de las pocas plazas cerradas que tiene Barcelona. Los edificios que la rodean forman un conjunto uniforme con la planta baja porticada, decoradas las fachadas con motivos de terracota helenizantes, bustos de navegantes y de exploradores americanos y escudos soportados por infantes indios. A finales del siglo XIX, se instaló la fuente de hierro de las Tres Gràcies y los faroles con brazos a diferentes alturas, como si se tratara de las ramas de un árbol, realizados por un joven Antoni Gaudí.