La Plaza de la Alianza (1): una breve historia.

Por Sevilladaily

La coqueta Plaza de la Alianza, además de tener un hermoso nombre, posee uno de los rincones más atrayentes del Barrio de Santa Cruz. La plaza se encuentra entre las calles Rodrigo Caro y Joaquín Romero Murube (antigua calle Alcazaba) y es un cruce de caminos entre la zona monumental de Sevilla Patrimonio de la Humanidad (Catedral, Alcázar y el Archivo de Indias) y las estrechas calles del antiguo barrio judío de la ciudad.

Aunque el lugar es de tiempo inmemorial, que en el Siglo XVI ya se conocía como plaza o calle del Pozo Seco, su protagonismo como paso de cofradías es de ayer de mañana. Data del año 1961 y lo que era una barreduela con una sola entrada se convierte en plaza, la bellísima plaza que hoy es. 
Esa transformación se debe a la apertura de una calle que deja libre el paño amurallado del Alcázar para que la plaza se una a la del Triunfo. En 1845 fue incorporada a la calle Rodrigo Caro hasta 1868 en que se rotulo con su actual denominación por una fábrica de tejidos allí instalada y que lleva el nombre de La Alianza. 

En aquel momento era una barreduela más que plaza, pues, tenía una sola entrada y presentaba ya en el plano de Olavide (1771) la forma de rectángulo irregular rectificado por las alineaciones de finales del s. XIX y principios de XX. 

Estaba próxima al arquillo de Sacramento que la separaba de Rodrigo Caro. La apertura de Joaquin Romero Murube en 1961 ha transformado su tradicional fisonomía por cuanto ello exigió la demolición de varios edificios adosados a la muralla del Alcázar, creándose una amplia plaza en el espacio de las actuales y conservando el resto su antiguo trazado. 

Confluye Joaquin Romero Murube y la atraviesa la calle Rodrigo Caro éntrenlo por el este y salieron por el sur en dirección a la Plaza de Doña Elvira. Presenta un desnivel entre ambos tramos salvado por varios escalones. El pavimento esta adornado por adoquines v cantos rodados. Posee iluminación eléctrica desde 1941 y luce farolas adosadas. El espacio exterior, de forma cuadrada, presenta una fuente en el centro que le da carácter de plaza separada. El espacio interior de la antigua barreduela forma una placita recoleta con un caserío de aspecto tradicional de dos y tres plantas que está siendo parcialmente renovado. 

Algunos edificios conservan los azulejos de numeración de Olavide. Está rodeada de naranjos en alcorques. Tiene funciones residenciales. Es uno de los rincones más bellos del barrio de Santa Cruz, desde donde se contempla una magnífica vista de la Giralda. En alguna ocasión se han celebrado conciertos y exposiciones y en una de sus casas (ahora convertida en hotel) tenía su estudio el pintor-torero norteamericano John Fulton. 

El conjunto cobra una eran belleza por la proximidad de la muralla del Alcázar viéndose muy frecuentado por los turistas que se dirigen de la zona monumental al barrio de Santa Cruz.
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