La poesía y la escucha

Por Stelmarch @Stelmarch

Según Valery, el poema es la ejecución del poema, es decir, un poema no es poema si no es escuchado, igual que la música solo lo es cuando un instrumento la produce. En el caso del poema sería la voz humana.

Cuando el poema es recitado de forma correcta, atendiendo a su ritmo y sus pausas toma una dimensión distinta, se hace palpable su musicalidad y la comunicación del mensaje se torna distinta, más cercana, más emotiva. El sentido del oído proporciona al poema un añadido que implica una perspectiva nueva al mero hecho de leerlo en la intimidad. La emoción es más evidente, nos llega más. Cuando un poema se lee en el silencio del yo, se hace más nuestro, se interioriza el mensaje, las imágenes, lo que nos aporta al alma, pero cuando es escuchado se socializa, se comunica con los oyentes y los hace sentir, pero ¿qué pasa cuando una persona tiene una discapacidad auditiva?, ¿podrán sentirla igual? Hace unos meses presenté mi libro de poesía en Madrid. Entre el público había un grupo de personas sordas y tuve la colaboración de una interprete que les traducía al lenguaje de signos lo que yo recitaba. Más tarde, hablando con ella, me comentaba lo difícil que es a veces trasmitir lo que yo decía. Esto me hizo pensar que probablemente se estaba perdiendo algo, que no les llegaba todo por esa discapacidad. Aunque los signos pudieran llegarles se quedarán solo con la dimensión intelectual de la poesía, por ello es importante que esas personas tengan la posibilidad de llegar a la poesía en su dimensión más social, sobre todo, porque es beneficioso para la educación a auditiva, siempre que se pueda corregir en alguna medida esa falta de audición que padecen. En este sentido, vi que hay organizaciones sin ánimo de lucro cuya misión es proporcionarles la posibilidad de que salgan del aislamiento que esta produce y puedan volver a comunicarse con el mundo que les rodea, como es el caso de la organización http://www.fundacion-ayuda-a-la-audicion.org/ Esta ONG ofrece y trabaja en proyectos sin ánimo de lucro para ayudar a todas las personas que quieran tener una mejor calidad de vida, con posibilidades de subvenciones y ayudas para conseguirlo. Ni la sordera ni los pocos recursos económicos tienen por qué ser un impedimento hoy día para tener una calidad de comunicación social gracias a estas personas y a su gran trabajo.

Ni tampoco en ese mundo poético, donde el silencio importa, pero también la música de la poesía, el mensaje a viva voz para sentirla en todas sus dimensiones, como una manera de entender el mundo, de verlo desde perspectivas distintas y comunicarlo a través de la voz y de la escucha.

La poesía fue, es y será lo que nos redima de la existencia banal del ser humano, lo que nos acerque a un mundo íntimo y universal que nos dará claves para su sentido. La ilusión de liberar el alma y acercarla a una comunión con fuerzas más allá de nuestra presencia corpórea, más allá de nuestra pobre condición humana.