La polar y su birria que no es birria

Por Aaron Gelabert

Fui un par de veces a La Polar de allá, por Rivera de San Cosme, sobre la lateral del Circuito Interior, y recuerdo que me la curé con sus tacos generosamente servidos y ensalsados. Conservé de aquellas experiencias la idea de que era una buena birriería. Hace unos días fui  a La Polar de Satélite (junto a Las Torres, sobre la lateral del Periférico)… Oh! decepción!!! Aunque aparezca injustamente en varias “guías” gastronómicas engañosas (Revista Chilango) como una de las mejores birrierías de la Ciudad de México, es un lamentable lugar  donde lo único que puedes esperar es ir a emborracharte, o a curarte la cruda, si de plano andas muy mal, con un poco de carne metida en agua caliente y un poco de salsa blandengue mal preparada. Eso es lo que es la “birria” de La Polar.

Sorprendentemente, en realidad, la “birria” de La Polar ni siquiera es birria. La preparación tradicional de este delicioso platillo mexicano exige un adobo aplicado a la carne y una cocción subterránea o, de perdida, en horno, por una buena cantidad de horas. En La Polar no adoban la carne que dicen que es de chivo, pero a mí lo que se me hace de chivo es que le hacen a uno de chivo los tamales, pues dicen que la carne la cuecen al vapor, pero, como te la entregan -si pides

“plato de birria”- sumergida en un caldo transparente, insípido y sin la menor gota de sal… pues no da para saber si la hicieron al vapor o la echaron al agua para hacerla de una vez cocida en caldo. Por ello, lo que te comes al comerte su dichoso “plato de birria”, es una especie de incoloro e insípido consomé con pedazos de insípida carne dentro, lo que te obliga a querer echarle limón, cebolla, salsa y lo que te encuentres, para lograr que el platillo de “birria” te sepa a algo.

Quizá los dueños descubrieron el filón de oro, pues en una “birria” entregada así, no gastan tiempo, esfuerzo, ni ingredientes, y se saltan el tradicional adobar la carne, entregándote en un tazón la salsa

para que tú mismo se la apliques. Eso, un aguacate carísimo, el mismo plato de “birria” -a $140 pesos!- y unas “quesadillas” rellenas de un material blanco poroso (entre panela y requesón), hacen que el lugar sea, no sólo no recomendable, sino digno merecedor de esta alarmada crónica de Police Gourmet.

Si lo que quieres es llevarte a la secretaria para alegrarla con unas copas, sentados en los equipales; o ir con amigos a ponértela en tarde de viernes; o encoparte con música

grupera y norteña, a veces en vivo, a veces del sonido del restaurante, mientras ves la luz de la rockola prendida para hacerte la ilusión de que estás en alguna cantina retro-norteña… ve a La Polar de Satélite. Pero si lo que deseas es comer birria sabrosa, auténtica, no te pares por ahí!

Calificación de Police Gourmet (del 1 al 10): 1

NOTA.- Mi hija y yo tenemos criterios diferentes respecto a muchas cosas, de modo que no asumo responsabilidad alguna respecto a lo que ella escriba.

COMENTARIOS DE MI HIJA, LA MENOR (es adolescente):

Yo no sé si le pusieron ese nombre porque originalmente abrieron uno de sus

restaurantes de “birria” en el Polo Norte, o por qué.. Cuando probé su supuesta birria, lo único que se me vino a la mente fue que eso era lo más probable, pues al ser una “birria” tan sin gracia -que de birria tenía lo que Giancarlo Esposito en Breaking Bad de buena pronunciación en español, recuerdan??? (Bueno, con ese ejemplo, entenderán cómo está la birria de La Polar)- bien podría pensarse que los fundadores de este lugar pensaron en verle la cara de idiotas a los del Polo Norte donde por estarse muriendo de frío los habitantes y con la escasez de comida que debió haber en su momento, creyeron que dándoles una carne -muy poco probable que fuera de chivo- hervida en agua, no les importaría. Debe haberles funcionado, pues no habrían logrado lo que lograron de no ser así. Cuando uno va a comer birria espera comer una birria auténtica, si quisiéramos un poco de carne sólo hervida en agua simple, sin sal, sin especias y sin preparación digna de salir de la cocina hacia los comensales, iríamos a comer a un reclusorio o nos inscribiríamos en alguna escuela militar.

Bueno, a otro lado peor, porque hasta en la escuelas militares hay cada vez más talentos culinarios, imagino, pues, como Ferrán Adriá de jovencito, habrá muchos que prefieran estar en la cocina, cocinando bien para

los demás, que haciendo ejercicio y marchando todo el día al son del General!

Pero, una vez más, qué podemos esperar, si La Polar en Satélite, parece más una fábrica de licores que una birriería, a donde van puros borrachos que se toman docenas de cervezas

y bebidas alcóholicas para después bajar completamente tomados a jugar en las maquinitas ésas, las que todos vimos alguna vez en algún barrio bajo, y con las que suelen jugar los buenos para nada; y los de La Polar presumen de dar la mejor birria de México!!!!!! Cómo se puede tener cara para decir eso, no se muerden la lengua cada vez que lo dicen, no se caen de la escalera cada vez que pintan con todas sus letras “LA MEJOR BIRRIA DE MÉXICO” afuera del lugar????

Ojalá que sí… no me malinterpreten, no soy mala, sólo un poco psicótica, y con razón, mucha razón, porque aparte de “birria” fea, todavía nos dicen, cuando les pedimos unos tacos con la birria un poco dorada, que no tenían aceite!!!! “…bueno, póngala así nada más en la plancha, para que se dore la birria, por favor…” “No tenemos plancha…”, “…bueno, en un sartén…”, “no tenemos sartén…”, casi le dijimos al mesero “…bueno….en la lumbre”, y capaz que nos respondía

“No tenemos lumbre…”!!! Qué bueno que nos contuvimos!! Porque si llegaba a decir eso… le habría dicho yo “..entonces, como diablos calientan la birria, con la lengua?  acaso ponen las ollas con agua y carne bajo el sol? o se sientan en ella hasta que se caliente???”.

Y aparte te cobran $35 pesos por el estacionamiento!!!

I mean, give me a fucking break!

Calificación (del 1 al 10): 1