Hace algunos días cuando estaba en Argentina, di mi primera entrevista en televisión en Infobae. Hablé de diversos temas entre ellos la “producción“ de médicos en Cuba. Quisiera aclarar, dada la tensión de aparecer por primera vez en televisión en vivo, que para nada estoy infravalorando el trabajo de los médicos cubanos. Mi crítica es al sistema educativo que en los últimos años ha tenido como objetivo producir gran cantidad de médicos y no graduar médicos de calidad.
Aprecio y me lleno de orgullo al ver como muchos médicos cubanos, a pesar de los bajísimos salarios, sin privilegios, sin transporte, sin acceso financiero a viviendas y con la misma libreta de racionamiento que tenemos todos los cubanos, van a conciencia a sus hospitales y operan a corazón abierto. Sin embargo, me lastima ver como esos mismos médicos un buen día se cansan y se van a trabajar al turismo tanteando las propinas o simplemente emigran en busca de un mejor futuro para su familia.
Hoy en día, la carrera de más fácil acceso en Cuba es medicina. Altos promedios no son requeridos para ingresar.
La salud es un tema muy delicado, y más que trabajar en inflar las estadísticas oficiales, desearía un país donde primeramente los médicos sean respetados y valorados, que no tengan que depender de la merienda que les ofrece un paciente para no gastar en comida los 35 centavos de dólar que ganan por cada hora trabajada. Luego de esto, muchos se disputan la oportunidad de irse de misión a Venezuela y Brasil donde ganan un poco más y tienen la posibilidad de traer para su familia artículos y productos que jamás pudiesen comprar aquí en Cuba. De hecho, hasta “la carta“ que les permitía acceder a un “mejor precio“ para comprar un carro ha sido eliminada y hoy deben pagar 1/4 de millón de dólares para comprarse un Peugeot 208.
Sueño con un país donde las cifras y estadísticas oficiales de la medicina dejen de ser propaganda de un Gobierno y donde los médicos graduados en Cuba sean reconocidos y homologados en todas partes del mundo.
Me excuso por los malos entendidos que la prisa de abordar muchos temas en televisión causó en este caso y expreso nuevamente mi respeto hacia los miles de médicos cubanos, que más allá de la política que los quiere usar de cartel, se despiertan temprano cada día, se visten con su bata blanca y salen a salvar vidas.