La carita y el cuerpo están cuidadosamente maquillados con varias capas de pinturas especiales que brindan un aspecto tan real que hasta asusta. Tienen pestañas y cabello fabricados con la suavísima lana de angora.
Los muñecos tienen un peso similar al de los bebes recién nacidos y al alzarlos uno tiene la sensación de llevar en brazos a uno de carne y hueso. Inclusive algunos incluyen mecanismos que hacen que su pecho se mueva semejando los latidos del corazón de un bebé.
Algunos reborn babies son réplicas de un verdadero ser humano, cuya fabricación es inspirada en fotografías aportadas por los clientes. De ahí el nombre de renacer.
La polémica se desata porque muchos de estos clientes son mujeres que han perdido un hijo y que de alguna manera intentan plasmar en estos muñecos lo que perdieron, pero para otras personas es macabro intentar suplantar a un bebé perdido por una muñeca.
Hay quienes ven estos muñecos con desagrado porque los comparan con bebés muertos. Lo que no se puede negar de modo alguno es el arte desplegado a la hora de crearlos, porque es tal la similitud de lo falso con lo real, que a lo lejos uno puede llegar a confundirse.
En julio del 2008, un policía en Queensland, Australia, rompió la ventana de un coche para rescatar un muñeco, pensando que se trataba de un bebé inconsciente. El efectivo policial declaró que este parecía increíblemente real y que los transeúntes se asustaron pensando que verdaderamente se trataba de un bebé atrapado en un auto cerrado.
El proceso de compra de un reborn se intenta hacer de modo que parezca una adopción simulada, en lugar de la venta de un producto, producto que por cierto puede llegar a costar miles de dólares. Por tal razón, los muñecos suelen venir con certificados de nacimiento falsos o certificados de adopción.
La mayoría de los compradores suelen tratar a estos objetos inanimados que son una verdadera obra de arte, como si fueran personitas reales, llevándolos a pasear y abrazándolos cual si de seres humanos se tratara. Algunos se preguntan si este es un comportamiento saludable. Lo importante sería establecer si son muñecos terapéuticos que ayudan a sobrellevar una vida en soledad.
¿Hasta qué punto un muñeco de estas características puede ayudar a aliviar el dolor de perder un hijo o aplacar la nostalgia de abrazar a un bebé cuando los hijos ya son adultos y se desencadena el síndrome del nido vacío?
Por otro lado, cabe preguntarse si algún día –con el avance de la tecnología- se llegará a suplantar a nenes de carne y hueso por robots que simulen un bebe al cual se pueda abrazar y cuidar pero que no genere preocupaciones relacionadas con la salud, la alimentación, malas noches, etc. Bebés que pueden ser dejados solos en casa porque no requieren niñeras, que no despiertan en las madrugadas con sus llantos y que nunca crecen y permanecen tiernos por siempre. He ahí el debate...
Autor: Karla de Rojas GuedesVia Generaccion